
Filtro del aire. Foto: Leolytics
La salubridad dentro de un vehículo es un aspecto que puede pasar desapercibido para el conductor, pues es una condición que se produce con naturalidad y de forma aparentemente automática, lo que no significa que haya sido pasado por alto en el proceso de fabricación. Hay un elemento clave para conseguir este punto óptimo: el filtro del aire. Es una herramienta rectangular que impide la entrada de las partículas y los olores nocivos, a través de un sofisticado sistema de filtrado que limpia y aporta pureza. De esta manera, el aire que fluye por el interior del coche está limpio y purificado. De otra manera, el conductor y los pasajeros tendrían que tener las ventanas abiertas continuamente para poder respirar en buenas condiciones.
Al igual que ocurre con muchas piezas de un vehículo, el filtro del aire se desgasta con su uso (éste, especialmente debido a que su funcionamiento es continuado siempre que el motor está en marcha) y la prolongación en el tiempo le impide trabajar con normalidad. La acumulación de suciedad es el principal motivo que lleva a este elemento a no funcionar correctamente. Es una situación natural, ya que está recibiendo constantemente suciedad que se acumula en su parte exterior. La tecnología de los coches (también la de aquellos más antiguos) contempla esta situación y avisa, mediante una luz de activación, cuando esta pieza debe ser cambiada.
En cualquier caso, si el conductor tiene dudas sobre la pureza del aire que respira en su vehículo, puede hacer una comprobación manual. Esta herramienta se ubica en la parte delantera, por lo que se aprecia rápidamente cuando se levanta el capó. Si aprecia que el filtro está de color muy negro, entonces es el momento de cambiarlo. Una buena referencia para no dejar pasar este momento es que este elemento se cambia cada 15.000 kilómetros, lo que se traduce, en líneas generales, en una vez al año.
¿Cómo cambiarlo?
El acceso a la compra de un repuesto de filtro de aire se puede conseguir a través de una plataforma de venta online. El propietario selecciona la marca, el modelo y el tipo de motor; y encuentra un resultado adecuado. Una vez lo ha comprado, el proceso de sustitución es muy sencillo. Como hemos señalado, hay que levantar la cubierta delantera y encontrar el filtro, al que se llega a través del tubo de admisión y que se encuentra cubierto por una carcasa protectora. Ésta se abre para retirar la pieza. Antes de cambiarla, es muy recomendable aspirar y limpiar bien la carcasa, pues así se evita que el nuevo recambio encuentre suciedad en su primera toma de contacto.
El nuevo filtro se coloca en la misma posición y condiciones que el anterior. Este punto es clave, ya que si se emplaza en una colocación diferente puede dañarse y no realizar su función. La principal equivocación es colocarlo al revés y por ello es muy importante apreciar previamente la situación del anterior. Una vez se ha colocado, hay que cerrar la carcasa, de manera que se queda fija, sin encontrar la posibilidad de que se mueva. El nuevo filtro del aire ya estaría listo para entrar en funcionamiento.