En un día como hoy 75 personas trabajadoras van a sufrir un accidente laboral que les impedirá ir a trabajar mañana. En el Día Internacional de la Salud y la Seguridad en el Trabajo, cuando Castilla-La Mancha suma ya una docena de muertes en accidentes en solo dos meses, reclamamos un cumplimiento real, y no meramente formal, de la normativa en materia de salud y seguridad.
A veces son accidentes de tráfico. A veces caídas en altura. Otras veces son golpes con algún tipo de objeto, aplastamientos, o infartos. Emulando la campaña de la Dirección de Tráfico, tirando de Big Data, podemos decir que este jueves 75 personas en esta región van a sufrir un accidente laboral que les impedirá ir a trabajar mañana. En la conmemoración del Día Internacional de la Salud y la Seguridad en el Trabajo el promedio es lo bastante grave para que no solo hoy, ni solo cuando ocurre un accidente mortal, la opinión pública y la ciudadanía preste la atención que merece esta lacra. El trabajo es un derecho, la salud también, como dice el lema con el que esta mañana nos concentramos en las calles de las cinco capitales de provincia.
En Comisiones Obreras nos ocupamos y preocupamos a diario por exigir la responsabilidad que la ley atribuye a las empresas para que la prevención de riesgos funcione de verdad y sea eficaz, no un mero adorno burocrático. Reclamamos un cumplimiento real, y no meramente formal, de la normativa en materia de salud y seguridad. No podemos consentir que la gestión preventiva sea solo una forma de intentar eludir una sanción, ha de ser una herramienta con la que evitar accidentes y enfermedades.
Lo reivindicamos hoy, junto con el recuerdo a las víctimas, en especial a las familias y compañeros de quienes han perdido la vida en los últimos accidentes: Solo en los dos primeros meses de 2022 con cifras oficiales, Castilla-La Mancha suma 5.000 accidentes, y 12 personas fallecidas. No hay palabras para catalogar el alcance de una tragedia así. Y si las cifras hablan por sí solas, menos visibles son otras realidades como el agujero negro de la salud mental en el trabajo, el ocultamiento de las enfermedades profesionales (la inmensa mayoría se camuflan como patología común, sin que podamos actuar sobre su origen laboral), o la presencia de agentes cancerígenos en muchos entornos de trabajo.
Son solo unas pinceladas sobre el camino a recorrer en este reto de conseguir unas condiciones adecuadas de seguridad y salud en cada espacio de trabajo, hacer valer la salud como un derecho que no puede separarse del trabajo decente. Quizá como sociedad nos cueste entender algo que quedó tan a la vista en la gestión de la pandemia. CCOO se empeñará en hacer visible este mensaje con el fomento de una mayor y mejor cultura preventiva en la sociedad castellano-manchega. A partir de esta semana, lo hacemos ayudados por el Acuerdo Estratégico de Prevención de Riesgos Laborales que mañana viernes firmamos en Guadalajara junto al Gobierno regional y el resto de agentes sociales. Esta estrategia compartida a la que CCOO CLM ha hecho multitud de aportaciones debe servirnos para cambiar el trágico lugar que la región ocupa en las estadísticas de siniestralidad laboral. Para lograrlo, a este sindicato no le va a faltar compromiso. En ello se empeñan a diario nuestros delegados y delegadas de prevención, ayudados por el servicio de asesoramiento de Comisiones Obreras.