Los árboles en las ciudades son un componente del urbanismo para crear lugares confortables para los ciudadanos. Cada ciudad define su cultura arbórea, donde el proyecto vegetal será un elemento principal de esta cultura.
Desde la plataforma 'Más Árboles Albacete' comentan que el árbol proporciona beneficios ecosistémicos al conjunto del sistema urbano tanto ambientales (disminuyendo los efectos de la contaminación atmosférica, mitigando el calentamiento resultante del fenómeno “isla de calor urbano”, evitando la pérdida de calor en invierno) como efectos sobre la salud, (especialmente la psíquica), sociales, facilita la filtración del agua en el suelo, son canales de conexión para especies animales, dando continuidad natural desde la periferia más naturalizada hasta el interior de la ciudad, un medio más hostil.
La intervención en los árboles de la ciudad debe buscar "un equilibrio entre la funcionalidad y la mejora ambiental, con el propósito de obtener un arbolado sano, bien insertado en cada contexto, que aporte servicios ambientales y que se mantenga como un pilar esencial de la biodiversidad", indica la plataforma en un comunicado.
Ante la certeza de que las altas temperaturas que "estamos soportando van a ser cada vez más frecuentes resulta poco comprensible que se sigan gestionando ciertos árboles como setos reduciendo su copa y, por tanto, la sombra que proyectan. Además se realiza en momentos en que no se debería interferir con la fauna silvestre en época de nidificación y exponen al árbol a riesgos de enfermar. Este manejo derivado de la cultura agraria, como si fuera un frutal, adaptándolo para conseguir la máxima cosecha, pierde la perspectiva de que el máximo servicio ecosistémico generado por la infraestructura verde se genera con árboles y praderas maduros, con mínima intervención y con la máxima de la arboricultura francesa de finales del siglo pasado de que la mejor poda es la que no se hace", añaden.
Está vigente el Protocolo Europeo de Poda de árboles, con criterios muy claros de mínima intervención que tendrá que irse incorporando y modificando las formas de trabajar en los espacios verdes.
Estos manejos de poda "ornamental" suponen además un sobrecoste que podría derivarse a la plantación de más árboles, tan necesaria ante la situación climática.
También es necesario que la ciudadanía entienda qué "supone renaturalizar la ciudad, con la mayor presencia de vegetación cerca de nuestras casas, con biodiversidad presente en dichos espacios, tanto vegetal como animal, con sus ciclos alternando verdes y marrones según la estación, acompañado de unos servicios de ecojardinería que lo hagan posible", concluye la plataforma.