
Banderas. Foto de archivo
Porque desde pequeñitas nos pusieron corona, ropa que no nos dejaban jugar como nosotras deseábamos.
Nos dijeron “qué niña más guapa” y nos creímos que era lo más importante. Y nos contaron tantos cuentos del príncipe azul…
Al final esperas encerrada en la torre de ese castillo de princesas y príncipes sin hacer nada para escapar, aprendiendo a ser como ellas, dentro de los estereotipos marcados por una sociedad heteropatriarcal.
Y llega un día, ese en el que llega el príncipe azul y sigues la heteronorma, aunque algo muy dentro de ti esté muriendo, preferimos que todas y todos nos quieran a querernos a nosotras mismas.
El vacío te va inundando el Alma, hasta que llegan tus hijos y te salvan. Tu corazón se recompone y ese vacío se llena hasta desbordarte de amor, de auténtico amor.
Y un día, en los pocos ratos libres, te quedas mirando en tu interior, apareciendo de nuevo tus interrogantes, esos que dejaste aparcados por cobardía, pero con rabia. Así día tras día… Te armas de valor y tomas la decisión, esa difícil, pero necesaria decisión.
Quedaos con mi corona, con mi príncipe azul, con mi torre.
Quedaos con mis complejos, con mis miedos, con mis vacíos, con todo eso que la heterosexualidad me impuso y me aterró rechazar.
Necesito espacio para mis sueños, mis desastres y mis deseos,
Necesito espacio para mis NO QUIERO, para tumbarme en la hierba y mirar el Universo. Necesito espacio para MI VIDA al margen de lo que me enseñaron.
Y es entonces cuando aparece de nuevo el miedo. Miedo a enfrentarte y explicar los porqués a la familia, a las amistades, a hacerte visible y abandonar el armario, tirar la llave, y romper con una cultura y educación arraigada socialmente.
Y aun cuando te sientes sola y rara sabes que has hecho lo correcto contigo misma y con los demás
Comienzas un nuevo camino repleto de obstáculos, de miradas clavadas en ti, de pensamientos dubitativos, que se diluyen rápidamente. Lo peor ya ha pasado.
Hoy me siento afortunada, a quienes de verdad les importa mi vida, y a mí la suya, me llenan de amor, empatía y respeto.
Aquí estamos las mujeres visiblemente lesbianas, ofreciendo nuestro apoyo a quienes aún dudan de los prejuicios de esta sociedad heteropatriarcal, heteronormativa, y repleta de hipocresías. Exijamos a las instituciones un compromiso público y firme de apoyo a la visibilidad lésbica,
¡¡HACED VISIBLE VUESTRA FELICIDAD!!
Encarna Rodas Díaz
Secretaria de Diversidad y LGTBI del PSOE Albacete