El Teatro Circo, escenario del IV Congreso Nacional de Despoblación y Reto Demográfico, organizado por la FEMP y la Diputación de Albacete, con la colaboración del Gobierno de España bajo el lema ‘Políticas Públicas para el Reto Demográfico’ acoge diferentes puntos de vista del medio rural. Abandonar planteamientos negativos, huir del victimismo y dejar atrás la idea de “España vaciada” para imponer otra más positiva que entienda el medio rural como espacio de oportunidades, ha sido el principal argumento defendido en el acto de inauguración.
La investigación y la ciencia para el equilibrio territorial ha tenido su espacio gracias a ponentes como Samuel Esteban Rodríguez, docente investigador de la Universidad de Zaragoza; María del Carmen Mínguez García, profesora de Geografía de la Universidad Complutense de Madrid; Vicente Budí Orduña, profesor titular de la Universidad Jaime I de Castellón y director de Cátedra AVANT junto con Julián Garde López-Brea, Rector Magnífico de la Universidad de Castilla-La Mancha. Una charla que ha estado moderada por Ignacio Molina de la Torre, asesor para Reto Demográfico de la Vicepresidencia Tercera.
El papel de la universidad en los diferentes territorios “asienta y fija valor”. Así ha comenzado su intervención Garde poniendo en relieve la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) junto con sus proyectos en el medio rural. Además, ha querido resaltar un dato del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), una institución referente, donde destaca que la región que por cada euro público que se invierte en la universidad “nosotros le damos 5 euros a la sociedad, un dato revelador. En este sentido plantea la pregunta de ¿cómo estaría Castilla-La Mancha sino hubiese Universidad?
Asimismo, la UCLM tiene el compromiso de ser relevante para esta región rural. “En los últimos dos años hemos englobado a muchas instituciones, administraciones e entidades financieras para contribuir con el reto demográfico. Todo ello con el fin de llevar a cabo diversos programas que acerquen al alumnado a los municipios de menos de 5.000 habitantes a realizar prácticas. Así llevamos lo mejor que tenemos, que son nuestros estudiantes al medio rural. Todo para contribuir a la profesionalización de nuestras localidades”, añade el rector.
También ha indicado que la UCLM trabaja por ampliar sus títulos profesionales. De esta forma Garde añade que “hemos ampliado con títulos propios vinculados a la solución de problemas de pequeños municipios para abarcar aspectos necesarios del medio rural. Un compromiso con el reto demográfico y con la comunidad autónoma”.
Julián no ha querido pasar la oportunidad de hacer una valoración positiva por el trabajo que se lleva a cabo en los territorios. Ha puesto como ejemplo el proyecto ‘Botica rural’ vinculado a las farmacias. Una inversión positiva para los municipios para acercar la investigación al medio rural. “Hay que potenciar iniciativas para que tengan un impacto real en nuestros territorios”.
Por su parte, Samuel Esteban ha incidido en identificar bien los problemas del medio rural llevando a cabo modelos de cambios para delimitar que zonas están en riesgo de despoblación para ponerlas en un marco e identificarlas bien. “Articular medidas reales para que no se difuminen esas propuestas porque todos los territorios no son lo mismo”, dice.
Ciencia ciudadana
María del Carmen Mínguez García ha hablado sobre el proyecto ’Geovacui’, un estudio de investigación sobre la ciencia ciudadanía para acercar el conocimiento científico a las personas. Este trabajo ahonda en las caudas y las consecuencias del dramático vaciamiento de los pueblos de zonas del interior de España bajo el enfoque geográfico, integrador de condicionantes físicos, problemáticas sociales y económicas que afectan a sus habitantes. De esta forma propone a los gestores públicos recomendaciones para resolver el problema aportando la visión de vecinos y vecinas residentes.
“¿Qué nos ha aportado? Una visión distinta muy rica y cargada de matices donde hemos podido ver las diferencias que hay en los territorios. En muchas ocasiones se aplican medidas estándar que no tienen que ver con la realidad”, añade María.
A todo ello, la profesora de geografía añade la necesidad de un pacto de estado con una política consensuada porque lo que más se reclama son políticas de abajo a arriba y que se conozca el territorio. “Propuestas adaptadas a los territorios y a su realidad con el respaldo de la administración”.
Un carácter colaborativo para aportar y asesorar a la administración. Todo porque la Unión Europea apuesta por la ciencia ciudadana y por el trabajo en red. “Dar voz a los ciudadanos ofrece posibilidades de trabajar en red”, concluye la profesora.
Las cátedras aportan conocimiento especializado
Vicente Budí Orduña indicaba que las cátedras aportan a la administración publica un cierto conocimiento especializado que “nos ha permitido contrastar lo que pasa en España y lo que pasa en otros países europeos con más y menos intensidad de despoblación como la nuestra. Así podemos detectar y aventurar hacia donde movernos y nos ha permitido entender problemas detectados en el territorio, porque actuamos de interlocutores para exponer el problema desde cerca y desde el análisis”.
La catedra es un soporte que ayuda a dar mayor difusión a estos temas, como es el de la despoblación y el reto demográfico. Un elemento de colaboración entre la administración, la universidad y el territorio.
Por ello las líneas de trabajo en las políticas públicas tienen que resolver lo que hay detrás de la sociedad. “A veces el empleo no es lo más necesario para fijar población sino contar con elementos culturales porque si no las familias tienden a salir cuando sus condiciones sociales cambian. Hay que llevar a cabo políticas que unan”, comenta Vicente. Al respecto, Garde se ha sumado a que el ocio, la cultura o el patrimonio son imprescindibles para los territorios que luchan contra la despoblación
Samuel, ha querido añadir que hacer políticas concretas en el territorio esta en aprovechar esos recursos locales con los que cuenta cada municipio como la agricultura o el patrimonio cultural. Además, “darle esa oportunidad para ponerlo en valor porque seguro que hay productos que todavía tienen que florecer”.