El Centro de Interpretación del Agua ha sido el escenario elegido para el acto de entrega de la segunda edición de los Premios a la Investigación y a la Cultura Científica Joven, convocados por el Ayuntamiento de Albacete, a través de la Concejalía de Innovación y Emprendimiento, para estimular las vocaciones y el talento científico entre jóvenes menores de 30 años.
La concejala de Emprendimiento e Innovación, Laura Avellaneda y la concejala de Formación y Empleo, Amparo Torres, entre otros representantes de la Corporación Municipal, han asistido a la entrega de premios, en la que Avellaneda ha subrayado la importancia de estos reconocimientos, pues “si la ciudad no conoce a sus investigadores e investigadoras, no sabe a qué se dedican y no les dará el valor que tienen. No olvidemos que la ciencia de hoy, es el futuro del mañana. Es, por tanto, nuestra obligación apoyarla y difundirla”, ha reflejado.
En este sentido, la concejala de Innovación ha puesto en valor la aportación de las personas jóvenes a nuestra sociedad: “Con vosotros y por vosotros seguiremos construyendo el Albacete con el que soñamos. Una ciudad moderna, abierta, atractiva. Referente de lo mejor. Un Albacete como todos vosotros”, ha señalado.
Premiados
En la categoría de Premio a la Investigación Universitaria en Grado y Posgrado en el ámbito de las ciencias, ciencias de la salud, ingeniería y arquitectura, dotado con 1.200 euros, la ganadora ha sido Pilar Osorio Morallón, por su investigación “La huella de carbono de los hogares españoles: análisis del consumo sostenible con perspectiva de género”.
Esta estudiante de Doctorado en Economía y Empresa ha llevado a cabo un trabajo para encontrar qué determina las emisiones generadas por los consumidores, qué categorías son las más contaminantes y cómo influyen las características de los hogares en el nivel de contaminación. Su estudio ha incorporado la perspectiva de género, encontrando que los hogares más masculinizados son un 19% más contaminantes por su patrón de movilidad (usan más el coche privado) y la mayor tendencia a comer fuera de casa, entre otras diferencias.
En esta categoría, también ha sido premiada María Mondéjar López, con 1.200 euros, por su investigación “Nanopartículas ecológicas con aceite esencial de ajo para la protección de semillas”. Esta investigadora del Instituto de Investigaciones Botánicas de la Universidad de Castilla-La Mancha centra su trabajo en utilizar la nanotecnología para encapsular el aceite esencial del ajo, que es un compuesto fúngico, para así desarrollar un tratamiento ecológico alternativo al tebuconazol que se utiliza para proteger a cultivos como el del trigo de enfermedades fúngicas, pero que es un compuesto tóxico, que afecta a nuestro medio ambiente y a la fauna, como la perdiz roja.
En la categoría de Premios a la Investigación Universitaria ha sido reconocida, con un premio de 2.000 euros, Carmen María León Márquez, por la investigación “Opinión pública hacia la prostitución y las prostitutas en España”. Con este trabajo, surgido en la Facultad de Derecho de Albacete, se estudian las actitudes públicas hacia el fenómeno de la prostitución y las mujeres que están en situación de prostitución; también el apoyo ciudadano que hay a los distintos modelos de regulación de la prostitución, al tiempo que explora el consumo de prostitución y pornografía, y su relación con el apoyo a los mitos de violación.
También en la categoría de Premios a la Investigación Universitaria ha sido premiado con 2.000 euros Abdessamad Gueddari Aourir, por la investigación “CO2-AFP Strategy: Arquetipo de Economía Circular de Castilla-La Mancha”. Con esta estrategia de investigación, este investigador de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Albacete plantea el desarrollo de una tecnología que permita por un lado aprovechar capturándolas las emisiones de CO2 de la fermentación alcohólica y, al tiempo, generar carbonato de sodio, por lo que se conseguiría un doble objetivo, tener una industria vinícola más ‘ecológica’ pues genera un nuevo producto de valor añadido a partir de un residuo (economía circular) y al mismo tiempo se transforma la industria del vino en industria productora de carbonato de sodio.
Por último, se ha otorgado un premio extraordinario al mejor proyecto científico dirigido por una mujer joven, dotado con 1.000 euros y patrocinado por la Fundación Biotyc, a Rosa María Cañaveras Perea, por la investigación denominada “Criptomonedas: el actual enigma de la contabilidad”. La investigadora, se plantea cómo deberían registrarse a nivel contable las criptomonedas, dado que no son dinero, pero que, tras 13 años de convivencia, parece que han vendido para quedarse y constituyen un activo, “tan atractivo para las empresas, como inquietante para las autoridades al salir de su completo control”, refleja la tesis.