Este artículo es una colaboración del compañero Antonio Selva Iniesta, para el Colectivo Puente Madera. Nuestro sincero agradecimiento a su autor.
El pasado lunes, 4 de julio, la Vicepresidenta primera y Ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha alertado de que los próximos trimestres “van a ser complejos” ante un escenario de inflación “más persistente y elevada”, y esto es algo que lo estamos viendo a diario en la subida de los precios, cesta de la compra, gasolina, electricidad, vivienda, etc.
Las tasas de ahorro de las familias ha caído de manera brusca y ante esta situación nada halagüeña, es cuando los que han podido hacerlo, tiran de sus ahorros y descubren que, aunque en las entidades financieras se lo habían explicado, hace años que dejaron de ser ahorradores y se convirtieron en flamantes inversores, que su hucha estaba invertida en deuda pública, empresas del Ibex-35 y otras bolsas extranjeras y que ahora tienen menos dinero que cuando hace años pasaron sus cartillas de ahorro, plazos fijos o saldos en cuenta corriente, a fondos de inversión, productos de bajo, medio y alto riesgo, productos MiFID (Markets in Financial Instruments) que obliga a las compañías a clasificar a los clientes en función de su conocimiento y experiencia, de su situación financiera y objetivos de inversión, y para ello es obligatorio la realización de un test de idoneidad.
Son requisitos formales en los que el ahorrador/inversor confía en su entidad, que cumple con el trámite diciendo a veces que todo es muy complejo, pero que no se preocupen que sus ahorros están en buenas manos.
Hay un coletilla que dice Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras y tanto, este año los fondos más conservadores acumulan una rentabilidad negativa del 5% y los de riego medio en torno al 7%.
¿Pero qué podemos hacer? seguir el consejo y mantener nuestros ahorros viendo como van disminuyendo, o bien rescatarlos y asumir las pérdidas, sabiendo que cada día perdemos poder adquisitivo por las elevadas tasas de inflación. Debemos exigir claridad, denunciar la situación y antes de firmar cualquier test de idoneidad asegurarnos de los términos, garantías, penalización por rescate, etc.
Y de todo esto un silencio informativo total, en los telediarios ya no hablan de la situación de las bolsas, las entidades cumplen con el trámite legal de facilitar la información sobre la situación de planes y fondos, información que a veces para muchos resulta ininteligible, y cuando descubrimos las pérdidas que estamos teniendo, un escalofrío recorre nuestra médula espinal. Corremos a nuestra entidad donde nos dirán que no nos preocupemos que esto es coyuntural y que volverá a subir, preguntas, ¿cuándo?, dentro de dos años volverá a los niveles anteriores. Dos años para volver a valores de hace un año, con una inflación que supera ya el 10%.
Seguimos avanzando, pensemos en los pensionistas o más concretamente en los trabajadores próximos a la jubilación, personas que al final de su vida laboral están en el momento de hacer cuentas para planificar su futuro, y miran sus planes de pensiones, esos en los que durante largos años han ido metiendo parte de su salario mensual y se encuentran con la misma situación de pérdidas que los inversores de los fondos de inversión, además al hacer la cuenta de cuánto y de qué manera van a rescatar su plan son advertidos que tendrán el tratamiento de renta irregular y que calculen que deberán pagar a Hacienda en torno al 30% del capital acumulado.
Pensemos en el panorama, los ahorros han volado, el plan ha disminuido y después de pagar a Hacienda, su esperanza de vivir dignamente se esfuma. Muchas de estas personas siguen manteniendo hijos e hijas que no pueden tener casa propia o han vuelto a ella porque no tienen una situación laboral que les permita independizarse económicamente, con lo cual las cargas siguen recayendo en los y las pensionistas.
Otro detalle son los topes máximos establecidos a la hora de cobrar la pensión aunque las cotizaciones hayan sido muy altas a lo largo de la vida laboral, es decir, no hay tope para cotizar, pero sí lo hay a la hora de cobrar la pensión. Pero eso sí, si piensas jubilarte anticipadamente después de treinta o cuarenta años trabajando, tendrás una penalización del 2% trimestral.
Y todavía el presidente de la CEOE pide no subir las pensiones según el IPC para evitar la ruina del Estado, cuando con nuestros ahorros estamos financiando sus empresas.
¡¡¡¡VERGÜENZA les tendría que dar !!!
@CPuenteMadera