“La tierra ama nuestras pisadas y teme nuestras manos”. (Joaquín Araújo)
Este próximo sábado se celebra el Día Mundial de la Tierra, en el que numerosas personas se movilizarán en todo el mundo en defensa del medio ambiente. La primera iniciativa surgió el 22 de abril de 1970, cuando más de 20 millones de estadounidenses se movilizaron para aumentar la escasa conciencia sobre la fragilidad de nuestro planeta. Ya en 2009, la Asamblea General de la ONU declaró esta fecha, el 22 de abril, como el Día Internacional de la Madre Tierra, tras unas manifestaciones llevadas a cabo en todo el mundo protestando por una mayor protección del medio ambiente.
Las Naciones Unidas reconocen que la Tierra y sus ecosistemas son el hogar de la humanidad, de igual manera, están convencidas de que si queremos conseguir un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras, es necesario promover la armonía con la naturaleza y la Tierra.
Pero ante este panorama de un urgente y más que necesario proteccionismo de la naturaleza, surgen situaciones dramáticas como la huida hacia delante del Gobierno andaluz en la legalización exprés de los cultivos de regadío ilegales en Doñana, con la que está ignorando las advertencias de la Unesco, de la Comisión Europea y del propio Plan Doñana del Gobierno central. Pero sobre todo, está negando la más absoluta evidencia: el terrible estado ecológico de Doñana, fruto del uso desaforado del agua.
En esta reserva de la biosfera hemos comprobado cómo cada día, gota a gota, cientos de pozos ilegales absorbían agua sin cesar dejando cada vez más secas las lagunas de las que depende la supervivencia de miles y miles de aves, y la del resto de animales que conviven en el enclave. Para algunos de estos seres vivos, que sufren la amenaza de la extinción, este espacio natural privilegiado representa su último refugio en el mundo. Muchas especies de aves vienen volando de toda Europa y encuentran en Doñana uno de los últimos refugios donde descansar en sus viajes migratorios hacia y desde África. Sin el agua de Doñana, nadie sabe qué ocurrirá con estas especies. Pero no todos los seres humanos estamos aquí para destruir estos ecosistemas. Somos muchas las personas absolutamente comprometidas con la conservación y con la protección de los espacios naturales que mantienen la vida tal y como la conocemos.
Debemos luchar hasta el final para proteger Doñana y garantizar el futuro de todas las especies animales y vegetales que viven en este espacio natural único. Se lo debemos, porque juntas, especies y espacio, se salvaguarda la biodiversidad de la que dependemos todos. También podemos hacer algo que duele a algunos, el próximo 28 de mayo, en las elecciones locales, tenemos una oportunidad para castigar con nuestro voto a aquellas formaciones políticas que quieren destruir nuestro entorno natural, ellos se lo han ganado con sus nefastas decisiones.
El Día Mundial de la Tierra es una oportunidad para concienciar a la población acerca de la necesidad de proteger nuestro planeta. Es una oportunidad para que todos nos unamos para hacer realidad un futuro de vida saludable para todos los seres vivos. Hay mucho que hacer para proteger nuestro planeta: reducir el uso de plásticos, promover la energía renovable, respetar los ecosistemas y la biodiversidad, etc. Queremos que nuestro planeta sea un lugar mejor para vivir, y nuestra acción es lo que hará la diferencia. Nuestra responsabilidad de actuar para proteger nuestro planeta no debe ser tomada a la ligera. El Día Mundial de la Tierra nos da la oportunidad de ser conscientes de la importancia de nuestra relación con el planeta y de comprometernos a actuar para hacer de nuestro mundo un lugar mejor.
Si todos hacemos un pequeño esfuerzo, podemos ayudar a mejorar el mundo. Así que este Día Mundial de la Tierra, celebremos al planeta que nos da tanto y actuemos para protegerlo.
@CPuenteMadera
*El Colectivo Puente Madera está formado por Esteban Ortiz, Eva Ramírez, Elías Rovira y Javier Sánchez.