Ciudadanos considera necesario actualizar el Plan de Salud Mental de Castilla-La Mancha, adaptándolo a las nuevas necesidades surgidas a raíz de la crisis sanitaria y social de la COVID-19. Así lo ha destacado la líder regional de la formación, Carmen Picazo, ya que “con la pandemia ha aumentado notablemente la incidencia de problemas psicológicos que están derivando en cuadros de ansiedad, depresión y de adicciones, entre otros”.
El partido se hace eco así de las advertencias de profesionales y colectivos médicos, y de la propia Organización Mundial de la Salud, que están advirtiendo de los efectos que a nivel psicológico están teniendo en parte de la población las situaciones de aislamiento social por las cuarentenas, de soledad no deseada o del tremendo impacto que el virus está teniendo en muchas familias, en algunos casos con historias durísimas, con la pérdida de varios familiares en pocos días. “Todo esto, inevitablemente, pasa factura”, ha remarcado Picazo.
Atención especial a los profesionales sanitarios por las secuelas psicológicas de la pandemia
La portavoz naranja, que este martes ha mantenido una reunión de trabajo con el equipo directivo de la asociación de familiares y amigos de personas con enfermedad mental (AFAEPS), ha indicado que “todos llevamos casi un año hablando y oyendo hablar de enfermedad, de muertes, de familias arruinadas, de no poder salir de casa durante días para evitar contagios, de cierre de bares, de restaurantes, de colegios, de colapso de hospitales, y este contexto tan terrible lógicamente tiene consecuencias psicológicas en la sociedad”. Castilla-La Mancha tiene en vigor el Plan de Salud Mental 2018-2025 pero Ciudadanos entiende que, dada la nueva situación, debe ser actualizado y reforzado.
Así lo ha solicitado la formación liberal mediante el registro en las Cortes regionales de una proposición de ley que será presentada próximamente en el Pleno. Así, Ciudadanos plantea medidas como el aumento de plazas de psicólogos clínicos en los servicios públicos de atención especializada, garantizar la presencia de profesionales de la psicología en residencias de mayores, reforzar los equipos de orientación en las escuelas o la ampliación de plazas disponibles en unidades de atención a niños y jóvenes con trastornos de personalidad o de conductas alimenticias.