El Centro de Iniciativas Culturales (CIC) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) ha retomado las actividades y exposiciones en las diferentes salas ACUA de la Institución académica en la región.
En el caso de Albacete, junto a la Asociación Hispánica de Historiadores del Papel se expone El papel 2000 años de historia en la Escuela de Arte de la ciudad.
Este proyecto, del que se puede disfrutar hasta el 26 de febrero, se centra en sus fechas fundamentales en la fabricación del papel: el año 105 después de Cristo, cuando Ts’ai Lun, chambelán de la corte, mostró al emperador la primera hoja de papel; el año 751, tras la batalla de Samarcanda; la llegada a España a través de la cultura árabe y desde aquí su difusión por toda Europa; la invención de la imprenta; la aparición de la máquina de papel continuo y los nuevos soportes informáticos sumamente útiles para el almacenamiento de datos.
Aunque hay conocimiento de la existencia de un ‘pseudo’ papel desde el año 98 antes de Cristo, su nacimiento, según la tradición, se remonta al año 105 después de Cristo cuando Ts’ai Lun, chambelán de la corte, mostró al emperador la primera hoja de papel.
A partir de entonces China ofreció a la humanidad un material escriptorio de bajo coste y alta permanencia y que, en poco tiempo fue sustituyendo al papiro y al pergamino con los que convivió en sus inicios.
La segunda fecha clave es el año 751 en que, tras la batalla de Samarcanda, el secreto de la fabricación del papel, celosamente guardado por los chinos durante seis siglos, cae en mano de los árabes al tomar como prisioneros a unos papeleros que se ven obligados a enseñar la técnica de su fabricación. Una vez en manos de los árabes, grandes conocedores del agua como fuerza motriz, se perfeccionó su fabricación utilizándose esta energía en la trituración de trapos.
El tercer hito es su llegada a España a través de la cultura árabe y desde aquí su difusión por toda Europa ayudada por los movimientos migratorios de las cruzadas. No se sabe en qué año se comenzó a fabricar papel en la Península Ibérica, pero debió ser a finales del siglo X o principios de XI. El camino seguido por el papel desde Samarcanda a Europa fue el de las antiguas caravanas, por las que llegaba a Occidente otro producto oriental: la seda.
El cuarto momento decisivo podemos encontrarlo en la invención de la imprenta para la cual en papel era un material imprescindible ya que sólo su abundancia y bajos costes permitieron el desarrollo de esta máquina, cuyo enorme poder de difusión de ideal y saberes dependía de disponer de esta materia prima.
El invento de la imprenta se ve potenciado por el descubrimiento de América con sus inmensas posibilidades de fomento de la riqueza y la multiplicación de la burocracia que hizo del papel un instrumento fundamental para mantener vivo el tejido de las complejísimas relaciones políticas y humanas, siendo vehículo imprescindible para la propagación del idioma castellano en Hispanoamérica.
La invención de la máquina de papel continuo por Loui Robert en 1799 es el resultado del gran movimiento cultural de la Ilustración y la enorme necesidad de papel dando lugar a una serie de investigaciones para buscar materias primas alternativas al trapo. El aumento de esta demanda, en principio, fue provocada por la ingente cantidad de papel necesaria para la publicación, en Francia, de la ‘Enciclopédie’ (1751-1772) y más tarde la aparición de algunos periódicos diarios europeos, The Times (1785), Diario de Barcelona (1792), etc. y que más tarde serán un elemento fundamental para los movimientos independentistas de América.
Actualmente el papel tiene que convivir con los nuevos soportes informáticos sumamente útiles para el almacenamiento de datos pero que nunca podrán sustituir al calor comunicativo, permanencia y durabilidad que ofrece una hoja de papel.