Vidartis es un innovador proyecto que fusiona el arte y la agricultura, desde la utilización del mosto de los vinos como pigmento. De esta forma, se emplea en diferentes técnicas de expresión gráfica. La albaceteña ingeniero agrónomo, colegiada en el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Albacete, Ana Soler Sanchiz es la directora de este proyecto.
Una idea que nació dentro del departamento de innovación de la empresa del sector vitícola Julián Soler, S.A. Un negocio que se dedica a la fabricación y exportación de mosto concentrado ubicado en Quintanar del Rey.
Ana Soler cuenta que la pasada Navidad se le ocurrió hacer “Christmas” con el mosto. “Me di cuenta de que el resultado era muy bonito con unos colores muy vivos. Me gustó la idea y seguí desarrollándola hasta llegar a tener una pequeña colección de cuadros realizados íntegramente con el colorante de nuestra uva”, cuenta Ana Soler, directora del proyecto Vidartis.
Esta primera colección ha nacido por diferentes artistas manchegos o con raíces de La Mancha. “Fue hace unos meses cuando empezaron a crear obras utilizando nuestro mosto blanco o tinto, elementos como el sarmiento, hojas o la tierra de los viñedos. Reflejando nuestra identidad”, añade Ana. Esta colección se encuentra expuesta en la empresa.
Sobre el proyecto Vidartis dirigido por Ana Soler
El proyecto Vidartis ha comenzado su andadura ahora con la Facultad de Bellas Artes del Campus de Cuenca (ULCM) y la Fundación Globalcaja. El objetivo es conseguir un pigmento estable con la uva para que no se oxide y se utilice más fácilmente en las obras. Una selección de 14 alumnos y alumnas del último curso han recibido un “kit” con diferentes materiales de la viña como: tierra de cultivo, sarmientos y estratos de uva tinta, blanca y garnacha tintorera donados por la empresa Julián Soler.
Al final del curso se entregará el ‘Premio Julián Soler’ a la mejor de las obras desarrolladas por los alumnos y se inaugurará una exposición. Unas muestras que se expondrán en el mes de mayo del próximo año. Aglutinará todas las obras de los estudiantes más la de otros artistas. Además, se dará la posibilidad de adquirir las obras y con la recaudación destinarla a mantener vivo el proyecto.
Todo un reto para los alumnos y alumnas, al igual, que para los artistas profesionales porque la uva contiene azúcar, glucosa y fructosa y eso puede llegar a dificultar la utilización del pigmento. “Está dentro de cada artista la utilización de unas técnicas u otras. Hay algunos que han utilizado el pigmento como acuarela, otros lo han diluido y lo han dejado secar o aportando texturas con el sarmiento y la tierra. De esta forma se consiguen auténticas obras de arte”, cuenta Soler.
“Siento emoción al ver que empresa y Universidad se unen para iniciar este proyecto artístico y docente de investigación, a través de los pigmentos de la uva. Nuestra uva, la castellanomanchega. La que es cultivada por nuestros vecinos. Y que, posteriormente, nosotros transformamos en mosto concentrado”, indica Soler.
Las creaciones al estar hechas con el mosto pueden llegar a evolucionar con el paso del tiempo, ya que es un pigmento natural. Cuando no se le pone ningún fijador a la obra, “parece que tiene vida porque el tono cambia. Uno de los ejes del proyecto Vidartis es reflejar de que el arte está vivo y eso no se consigue con las pinturas convencionales o tradicionales”, explica Ana Soler. Muestras innovadoras con técnicas recién utilizadas que no se sabe si pueden llegar a desaparecer con el paso del tiempo, pero “me encanta decir que así es la vida. Si algo está vivo en algún momento tendrá que desaparecer”.
Con este proyecto, Ana Soler ha descubierto una faceta que hasta ahora era desconocida. “Mi parte técnica como ingeniera me hace valorar mucho más este proyecto porque conozco la uva y sus características. Verla convertida en arte es algo que me emociona”, añade.
Arte y agricultura se fusionan para crear obras
Dos conceptos que parecen antagónicos entre sí, como son la agricultura y el arte. Un proyecto de responsabilidad social con la comunidad de Castilla-La Mancha. Están teniendo una gran repercusión, “pienso que realmente es por el cariño que le tenemos a nuestra tierra y por eso mucha gente está conectando con este proyecto. Este es el mejor reconocimiento”, señala Soler.
“Ponemos nuestra querida uva en manos investigadoras y creadoras, para convertirla en algo único, innovador y embajador de nuestra tierra. Un tipo de arte que conecta al espectador con nuestras raíces, con las de la cultura castellanomanchega”, concluye emocionada. Ha tenido una buena aceptación desde que se presentó el proyecto por parte de artistas, empresas y todo tipo de personas.
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