
Interior del Castillo de Almansa. Imagen: Oficina de Turismo de Almansa
El castillo de Almansa abre de nuevo sus puertas, de nuevo, el día 28 de agosto de 2019, coincidiendo con el inicio de la Feria de la localidad. Lo hace tras la buena acogida que tuvo esta iniciativa, meses atrás, en las que una media de entre 80 y 100 personas recorrían a diario la fortaleza después de tres años de obras que arrancaron en el año 2015 de la mano del arquitecto del Castillo de Almansa, Joaquín García Sáez y el arqueólogo Enrique Gil. Dos millones y medio de euros después, y 36 meses de trabajo ya han dado sus frutos.
A lo largo de estos meses los trabajos se han asentado en tres líneas de actuación: La primera de ellas era ahondar en el conocimiento del poblamiento humano de la montaña del Cerro del Águila, sobre la que se asienta la fortaleza, ahondar en el conocimiento de la evolución constructiva del edificio (usos y funciones que la fortaleza ha tenido a lo largo de los siglos). Otra de la funciones del proyecto , tal y como explica Gil, ha sido la de generar soluciones que vinieran a contener una serie de problemas y patologías que el edificio viene presentando desde hace muchas décadas. Y el último gran pilar de este proyecto de intervención era generar infraestructuras – siempre acordes con la Ley de Patrimonio– que potencien el bien patrimonial como motor turístico y cultural de la ciudad de Almansa.
Ahora, al contrario que meses atrás, las visitas serán libres, sin guía que explique los trabajos realizados y muestre la historia del Castillo desde el que germina Almansa. El Castillo podrá visitarse todos los días de 10:00 a 13:00 horas y de 17:30 a 19:00 horas, excepto los domingos, que permanecerá cerrado en horario de tardes.
Los orígenes del Castillo de Almansa se remontan a finales del siglo XI, aunque su perfil debía ser muy diferente al actual, pudiendo ser un torreón de vigilancia o un recinto fortificado similar a una alcazaba de pequeño tamaño, siendo posible que los muros más antiguos existentes a niveles inferiores sean de esta época.
Tras años de excavaciones — las primeras se iniciaron en el año 2007– se ha constatado poblamiento humano desde el segundo milenio antes de Cristo. Y desde ese momento y de manera continua las comunidades humanas han venido ocupando las crestas de la montaña de manera periódica en cada una de las etapas.