Es innegable que la juventud se encuentra en una situación precaria a todos los niveles: vital, laboral y estudiantil. Hecho que se refleja también en nuestros espacios de socialización, que se ven atravesados por el consumo preestablecido y alienante y la reproducción de las dinámicas del capital en nuestro ocio. Esto sumado a la falta de alternativas en esta ciudad, nos abocan a invertir nuestro tiempo libre de forma ciega, mecánica e individualista.
La falta de alternativas no significa que no existan propuestas de ocio en la ciudad que se alejen de lo perjudicial y del consumismo. Pero cuando hablamos de nuestra libertad, de nuestros espacios de socialización y de nuestro ocio, no podemos caer en el error de entenderlo desde un prisma de decisión individual, con un mercado de propuestas construidas para mejorar la calidad de vida de las jóvenes, pero sin contar con nosotros en la toma de decisiones. Un ocio desligado de la vida, de la autoorganización y de la crítica, entendido como un simple descanso y tránsito hacia la siguiente jornada de trabajo. Nuestro ocio tiene que ser también el germen de construcción de espacios al margen de las instituciones, con una propuesta real de actividades organizadas por la juventud y para la juventud.
Como asamblea, tratamos de generar estos espacios, y aún de forma espontánea en nuestras Jornadas de ocio, hemos conseguido reunir a diversas personas y asociaciones dispuestas a hablar sobre esta cuestión. A principios de verano de 2022, nos centramos en darle forma a una campaña que recogiese todos los debates que habíamos tenido a lo interno y a lo externo, madurando ideológica y políticamente.
Uno de los máximos exponentes de ese ocio hegemónico y perjudicial son las casas de apuestas en las ciudades, siendo completamente insuficientes las medidas tomadas por las instituciones para acabar con esta lacra, pues el ocio no es una ley y no debe entenderse como un espacio vital aislado sino dentro de un entramado económico, político y social que lo delimita, atraviesa y determina.
Recientemente, desde la plataforma Albacete contra las casas de apuestas recibimos información sobre el traslado y apertura de nuevas casas de apuestas en la ciudad, hecho que no solo tensionó la asamblea sino también a las asociaciones de barrio que se pusieron en contacto con nosotras para trabajar conjuntamente esta cuestión.
Entendiendo la importancia de organizarnos en nuestros propios barrios para construir un movimiento vecinal en Albacete, decidimos como asamblea priorizar la reuniones en los barrios afectados —Franciscanos y San Pablo—, siendo un altavoz para acercar a las vecinas a sus espacios más cercanos como forma de caminar hacia la construcción de un ocio contrahegemónico pero también una unión barrial capaz de servir de escudo y ataque hacia los constantes problemas a los que nos enfrentamos como sociedad.
Bajo el lema 'Nuestro ocio, nuestras reglas', buscamos despertar la necesidad de autoorganización de la juventud en pro de su propio ocio, tejiendo lazos entre asociaciones, tensionando y politizando nuestras asambleas de barrio para luchar todas juntas por un ocio digno que ponga la vida en el centro.
Porque las calles, los barrios, las escuelas, y las plazas son nuestras. Si no tenemos espacios para convivir y disfrutar, los construimos.
Artículo de Albacete contra las Casas de Apuestas