Muchos Dietistas-Nutricionistas nos decantamos cada vez más por incidir sobre los hábitos de la población, ya que este método de prevención primaria: la educación nutricional, además de ser eficaz para preservar la salud y evitar enfermedades (sobre todo cardiovasculares), provoca una buena adherencia y estabilidad en el tiempo, ya que los beneficios que nos aportan unos hábitos saludables, aunque muchas veces no sean tangibles, generalmente se transforman en bienestar, una mejor forma física, un control adecuado del peso y la masa muscular, y una buena salud ósea entre otros.
La educación nutricional se puede trabajar desde muchos ámbitos. El principal debe ser el hogar, ya que es el sitio donde más tiempo estamos en contacto con la comida y donde más control tenemos sobre nuestra alimentación. Pero la escuela también es un buen generador de hábitos alimentarios.
Lamentablemente, el marketing desmesurado y la publicidad excesiva que ejercen compañías e industrias alimentarias de comida basura, dulces, refrescos y bollería, no ayuda a conseguir unos correctos hábitos alimentarios entre los jóvenes, que es la edad clave de consolidación de hábitos. Y esto unido a la palatabilidad o buen sabor que aportan estos productos (además de pocos nutrientes y mucha energía) y su bajo precio, favorece un consumo elevado de estos productos indeseables.
Hay varias herramientas para la educación nutricional, quizá, una de las más conocidas, a la vez que controvertidas sean las pirámides alimentarias, que son representaciones o modelos gráficos que priorizan el consumo de unos grupos de alimentos sobre otros, en base a su posición en la pirámide alimentaria. Los alimentos de la base deben consumirse en mayor medida que los de la cúspide. Esta controversia, viene porque muchos Dietistas-Nutricionistas consideran que es una representación de difícil comprensión y que en ocasiones lleva a confusión. Por poner un ejemplo, en la antigua pirámide de la SENC 2004 los cereales y los alimentos hidrocarbonados están en la base de la pirámide. Es decir, la gente entiende que son los alimentos más importantes que deben estar en nuestra dieta. El problema viene cuando se malinterpreta esto, y se abusa de cereales y alimentos refinados. Actualmente, y aunque la nueva pirámide alimentaria no parece corregir esta recomendación, hay suficiente evidencia científica para aconsejar un mayor consumo de frutas y verduras, que de cereales (aunque estos sean integrales).
Para ahondar un poco más en la nueva pirámide os recomiendo una reciente entrada del blog “lo que dice la ciencia para adelgazar” titulado 10 preguntas sobre la "nueva" pirámide alimentaria de la SENC (1).
No obstante, para una correcta educación alimentaria, es fundamental que la persona sea consciente de que sus actos y su salud, dependen de él o de ella. Partiendo de este punto, es posible empezar a modificar aquellos hábitos perjudiciales, y sustituirlos. Evitando siempre el sedentarismo, y alimentos superfluos con alta densidad energética y poco valor nutricional.
BIBLIOGRAFÍA
10 preguntas sobre la “nueva” pirámide alimentaria de la SENC [Internet]. Lo que dice la ciencia para adelgazar. Available from: http://loquedicelacienciaparadelgazar.blogspot.com.es/2015/08/10-preguntas-sobre-la-nueva-piramide.html