Con la crisis del pacto de Gobierno entre la formación naranja y el PSOE en el Ayuntamiento de Albacete ha llegado a su "punto álgido" para las dimisiones, ceses y huidas de militantes, diputados, concejales y candidatos de Ciudadanos en Castilla-La Mancha. Esta es la ciudad por la que concurre a la Alcaldía la líder del partido en la región, Carmen Picazo, quien también es candidata a la Presidencia autonómica, y sus acusaciones de corrupción al alcalde socialista, Emilio Sáez, provocaron que este diera por finalizado el acuerdo de gobierno rotatorio que ambos partidos alcanzaron tras las elecciones locales de 2019. La respuesta no ha sido la esperada por Picazo: solo un edil ha dejado su acta en el Ayuntamiento. A los otros tres los ha expulsado del partido pero se mantendrán en su acta (y en el gobierno local).
Es la 'puntilla' a un partido que ha visto cómo su declive se ha disparado, sobre todo en los dos últimos años, en esta comunidad autónoma. Ciudadanos obtuvo un resultado histórico en las últimas elecciones autonómicas: cuatro escaños. Pero la mayoría absoluta del PSOE de Emiliano García-Page restó fuerza a su entrada en el Parlamento, sin apenas influencia ni poder para determinar políticas autonómicas. Sí lo consiguió en las alcaldías de Ciudad Real y Albacete, que han sido rotatorias con el PSOE durante la legislatura (un alcalde de cada partido por cada mitad de la legislatura).
En el ámbito municipal, salvo algún desacuerdo puntual, no ha habido grandes problemas (hasta ahora) con sus concejales, pero la situación del partido naranja comenzó a agravarse primero en los órganos provinciales y autonómicos. Hace dos años, Alejandro Ruiz, presidente del Grupo Parlamentario de Ciudadanos en las Cortes regionales, oficializó su salida del partido y el abandono definitivo de la política. “No me voy a ningún partido, ni a ninguna agrupación de electores de nada. Me voy a mi casa, a ejercer la abogacía en la empresa privada”, afirmó.
Pero solo una semana después hacía lo mismo la diputada Úrsula López. “Hay decisiones que cuesta tomar”, decía entre lágrimas, para alegar “motivos estrictamente personales y familiares” en la “difícil decisión” de abandonar el acta, aunque no el partido.
Todo ello se sumaba al hecho de que el barcelonés Juan Carlos Girauta perdiera en Toledo su escaño como diputado de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados después de que la formación entonces liderada por Albert Rivera se dejara más de 45.000 votos en las elecciones generales del 10N de 2019, las segundas ese año tras las celebradas en abril . Era el único representante que tenía en esta provincia. Natural de Barcelona, a la que representó en las Cortes Generales desde el año 2016, Girauta había abandonado su ciudad natal para trasladarse a Toledo. Entre los motivos, el catalán apuntó que estaba “harto” del independentismo en Catalunya y llegó a afirmar en el Congreso que no quería “ver ni en pintura” a los independentistas. También terminó por dejar la política.
De una crisis a otra en Toledo
Tras el 10N comenzaron a sucederse diferentes dimisiones, ceses y unas cuantas 'pullas' entre miembros orgánicos del partido. En Talavera de la Reina ya había dimitido más de la mitad de la Junta Directiva de la Agrupación Local al considerar que la formación estaba “adoptando prácticas que le apartan de sus valores y le empujan peligrosamente a formar parte de aquello que quería combatir”, así como por la llegada de candidatos que “no tienen ninguna vinculación con la provincia”. Se referían a Girauta.
Parte de estas personas, lideradas por Beatriz Illescas -quien dirigía CS en Talavera- fundaron 'Aquí Ahora', un partido que concurre a las elecciones autonómicas de 2023 por la circunscripción de Toledo. Proceden de varios municipios de la provincia. Quieren dar forma a un nuevo partido político de vocación nacional que aglutina “todas las ideas” y busca trabajar “por la gente” con un proyecto municipalista que nace “de la necesidad de algo diferente”.
La crisis, pasados unos meses, llegó también a la ciudad de Toledo. El coordinador local en Toledo ciudad, Miguel Payán, y el resto de integrantes de la directiva municipal dimitieron ante la “falta de transparencia” en la designación de candidato a la Alcaldía de Toledo, “a espaldas de los militantes del partido”. De forma “unánime” la Junta Directiva lamentó “las formas” en las que se produjo esta designación. El enfado llegó después de que la propia Carmen Picazo anunciara en rueda de prensa que Esteban Paños, concejal en el Ayuntamiento de Toledo, repetiría como cabeza de lista municipal en las elecciones de 2023. La cuestión es que el anuncio coincidía con otro: el realizado por Inés Arrimadas, la líder nacional del partido que convocaba primarias para renovar la cúpula del partido.
Toledo seguía siendo el gran 'pinchazo' de Ciudadanos. Hace mes y medio, por su parte, el concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento y cara visible de la formación en la Diputación Provincial, Julio Comendador, dejaba también el partido y ponía en marcha el proyecto 'Primero Toledo'. “Hemos decidido dar un paso al frente para priorizar Toledo frente a las consignas de partidos políticos”, aludió Comendador, quien en las últimas tres elecciones municipales se había presentado por otras tantas distintas fuerzas políticas: en 2015 lideró UCIN, en 2019 ocupó el tercer lugar en la candidatura de Ciudadanos y este 2023 lo hará por esta nueva agrupación.
Ciudadanos estudia emprender acciones legales contra Julio Comendador lamentando que “haya utilizado durante largo tiempo los recursos del grupo política en la Diputación de Toledo con el objetivo planificado de promocionar su candidatura personal”.
Mientras el foco de la crisis naranja se centraba en Toledo, las alcaldías rotatorias entre PSOE y Cs aguantaban la tormenta, hasta que llegó la sorpresa en Guadalajara. El primer teniente de alcalde y cabeza de lista a la Alcaldía por Ciudadanos, Rafael Pérez Borda, anunciaba a través de las redes sociales que también abandonaba la política, cuando ya se había anunciado su candidatura, porque, al igual que hiciera su compañero de grupo, Fernando Parlorio, “ha llegado el momento de terminar con esta etapa”. El plazo se agotaba y al partido le ha dado tiempo a presentar 'in extremis' a su nuevo numero uno para este Ayuntamiento: el concejal Israel Marco.
La polémica estalla en Albacete
Hasta que esta semana llegó la gran crisis a Albacete. En este Ayuntamiento, Ciudadanos gobernó hasta 2021 con Vicente Casañ como alcalde, conforme al acuerdo con el PSOE. Desde junio de ese año lo hace el socialista Emilio Sáez quien se mide en las elecciones municipales del 28M con Carmen Picazo, la doble candidata local y líder regional de la formación. Esta última acusó a su contrincante -pero socio municipal de su partido- de “corrupción” con motivo de la presunta filtración de exámenes de acceso a la Policía Local de esta ciudad.
Sáez había negado tener conocimiento de tal filtración antes de que esta cuestión se hiciera pública a finales del pasado mes de enero, pero la líder de Ciudadanos decidió sumarse a la tesis del PP y aferrarse a unos mensajes de WhatsApp que el alcalde recibió, pese a que la Fiscalía archivó esta parte de la investigación por falta de indicios de delito. El cabreo del alcalde fue monumental: dio por roto el acuerdo con CS en el Ayuntamiento y anunció una querella contra Carmen Picazo por calumnias.
Por si la sorpresa no había sido suficiente, pese a la sonada ruptura, solo un edil de Ciudadanos en Albacete presentaba su dimisión y dejaba su acta. Los otros tres se mantenían en el puesto y, es más, el exalcalde y actual vicealcalde, Vicente Casañ, proclamaba: “Nosotros estamos con el encargo que se nos hizo hace cuatro años, gestionar la ciudad en un pacto con el Partido Socialista, lo estamos cumpliendo, incluso aquellos puntos más delicados”. Y concluía diciendo que llevaba tiempo “desoyendo” las órdenes de la líder autonómica. Acto seguido, la presidenta regional de Ciudadanos iniciaba los trámites de expulsión tanto de Casañ como de Laura Avellaneda y Julián Ramón por su apoyo al alcalde socialista.
Este último capítulo abre una herida ya mal cauterizada en los últimos años. Las últimas encuestas, sea cual sea su origen, dejan a Ciudadanos sin representación en las Cortes de Castilla-La Mancha. Perdería sus cuatro parlamentarios, aunque la propia Carmen Picazo ya dejó claro en una entrevista con elDiarioclm.es que su preferencia está en gobernar el Ayuntamiento de Albacete. Ahora la duda es si conseguirá su puesto como concejala, y en ese caso, si se mantendrá al frente de la dirección castellanomanchega del partido, vista su debacle a solo un mes antes de la apertura de las urnas.