
FOTO: Lourdes Cifuentes.
El acusado de matar a su perro a golpes y arrojarlo al río Júcar — donde posteriormente fue hallado– ha negado los hechos y ha asegurado durante su declaración en el juzgado de los Penal nº 3 de Albacete, que el animal se había escapado.
Según su versión, en el mes de junio trasladó a la perra a casa de su abuela, en el barrio albaceteño de La Estrella, después de que el animal mordiese a un conocido suyo provocándole heridas. Ante el miedo de que este hecho se repitiera decidió trasladarla hasta el corral de la vivienda de la abuela donde permaneció hasta que se escapó.
Pese a contar con microchip y estar registrado como animal de raza potencialmente peligrosa en el Ayuntamiento de la capital (era un American Staffordshire Terrier ) no denunció la desparición y se limitó a buscarlo en los alrededores del barrio.
A las preguntas del fiscal, el acusado ha negado que golpeara al animal unas 6 veces en la cabeza y que después lo metiera en un saco y lo lanzara al río Júcar.
Uno de los testigos que ha prestado declaración este miércoles en Albacete ha sido la veterinaria que atendía a la perra. Según su versión después de que el animal mordiera a un amigo del acusado, éste se interesó por las medidas a tomar. “Me dijo que tenía miedo de que pudiera morder a otra persona”, ha dicho. Una de las alternativas que planteó el propietario del animal fue el sacrificio.
El Ministerio Fiscal pide 8 meses de prisión por un delito de maltrato animal y en su escrito argumenta que el acusado, en un momento no concretado de entre el 1 y el 4 de junio de 2017, sujetó e inmovilizó de extremidades y cuello a una perra de su propiedad, empezó a golpearla intencionadamente, propinándole, en tales condiciones, más de seis golpes en la zona craneodorsal con una herramienta cortocontundente hasta causarle la muerte por un trauma cranoencefálico. Posteriormente, introdujo el cadáver en un saco y lo arrojó al río Júcar.
El cadáver del animal fue localizado el 10 de junio de 2017 en el interior de un saco flotando en el río Júcar, a la altura del paraje denominado ‘Ruta Camino del Molino, Puente de Cuasiermas’, del término municipal de Motilleja, en la provincia de Albacete.
El cadáver se trasladó al centro de Recuperación de Fauna Salvaje de Albacete, donde se llevó a cabo la necropsia del mismo. Allí, según la declaración de los autores del informe, que han declarado en calidad de testigos, el cadáver del animal presentaba signos de haber sido agredido.Cuando inspeccionaron el cadáver al llegar a la zona de la cabeza notaron que fue golpeado “con un objeto cortante y contundente”, al menos seis veces, aunque no descartan que fuesen más.
Contradicciones en su declaración
Agentes de la Guardia Civil y el SEPRONA, que también han prestado declaración en el juicio celebrado este miércoles en Albacete, han destacado las contradicciones en las que incurrió el acusado que, en un primer momento aseguró que su perro se encontraba en la parcela de un familiar y que lo había enviado allí porque estaba enfermo, “le había picado el mosquito”. Tampoco quiso dar la dirección concreta de la vivienda de la abuela, donde se encontraba el animal, ni mencionó en ningún momento que la perro hubiese mordido a nadie.
Por su parte, la defensa ha pedido la absolución del acusado.