La crisis socioeconómica provocada por la pandemia ha producido, según el último informe FOESSA, un aumento del porcentaje de población afectada por situación de exclusión, que ha pasado del 19,7% al 21%.
Pero de todos los indicadores relacionados con el empleo del citado informe, explica Cáritas Diocesana de Albacete, "el que en mayor medida ha aumentado en Castilla-La Mancha es el relacionado con el desempleo de todas las personas activas del hogar". Si en 2018 la proporción de hogares en esta situación era en la región de un 7%, en 2021 alcanza el 10%, quedando de esta manera casi a la par de la tasa registrada en el conjunto de España que se sitúa en el 10,3%.
Frente a este deterioro del mercado laboral, y con motivo de la celebración del próximo 1º de Mayo, Día Internacional del Trabajo, Cáritas Diocesana de Albacete se une a la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente, para poner el foco en el acceso al trabajo de las personas más vulnerables, pero también en el empobrecimiento que muchos trabajadores tienen por las condiciones laborales indignas que sufren.
Desde su programa de Empleo y Formación, Cáritas ha acompañado durante 2021 a 1.088 personas a las que ha tratado de facilitar su autonomía personal a través de la orientación para el empleo, diferentes acciones formativas, intermediación laboral y empresas de inserción. En todo este recorrido se lleva a cabo un acompañamiento cercano y digno en el que la persona es la protagonista y centro de su itinerario. Todo ello ha hecho posible que 88 personas hayan podido acceder al mercado laboral en un momento especialmente complicado.
Las empresas de inserción son una herramienta clave en estos procesos con los más vulnerables. Cáritas apuesta por esta fórmula y potencia el trabajo con las personas desde Escuela de Hostelería y Restaurante El Sembrador, Romero Comercio Justo, Fuera de Serie Moda re en la ciudad de Albacete, Café Cultural El Búho, en Elche de la Sierra, El Búho de Letur y Cortijo Covaroca, en Nerpio.
Desde su programa de Empleo y Formación, Cáritas acompaña a personas vulnerables, con las que trabaja desde hace tiempo, pero también a personas que estaban trabajando en economía sumergida, han perdido sus trabajos y por lo tanto, su situación es de grave exclusión social. El perfil de los participantes se mantiene similar a años anteriores: la gran mayoría son mujeres, de más de 45 años, con estudios básicos. También hay personas provenientes de familias normalizadas, que han comenzado en estos circuitos.
Cáritas anima a que en este 1º de Mayo "nos unamos, como comunidad y como sociedad, en el compromiso por la defensa del trabajo decente y en el compromiso por parte de todos, sociedad civil, administración pública y medios de comunicación, a poner nuestro grano de arena para que el empleo decente sea una realidad para todas las personas".