El Instituto Nacional de la Seguridad Social, se empeña constantemente en tomar decisiones que hacen mucho más difícil y con más sufrimiento la vida de personas que padecen de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica.
Estas dos enfermedades, en afectación severa, producen a las personas que las sufren (aproximadamente un 90% mujeres y un 10% hombres), una incapacidad permanente para poder realizar cualquier tipo de trabajo y las necesidades básicas de la vida diaria (vestirse, calzarse, ducharse, preparar comidas, hacer la compra, etc.), necesitando la ayuda constante de otras personas, habitualmente familiares, para hacerlas. En muchos casos tienen, también, grandes dificultades para caminar con normalidad por sí solas.
Estas circunstancias son su día a día, agravándose los síntomas cuando se ven afectadas por las llamadas “crisis”, que se producen con frecuencia. En esas temporadas tienen que pasar sus días en la cama, en un sofá o en un sillón, ya que los dolores permanentes aumentan de intensidad y la pérdida de fuerzas es enorme, con un agotamiento extremo.
Además, la Fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica, producen, también, dificultades cognitivas, pérdida de memoria, “niebla” mental, alteraciones del sueño, depresión, ansiedad y desgraciadamente otros muchos síntomas.
La ciencia médica no conoce, hasta este momento, el origen de estas enfermedades y como consecuencia tampoco existe un tratamiento específico. En la mayoría de los casos, las personas afectadas, arrastran el sufrimiento y un rosario de consultas médicas de distintas especialidades (traumatología, medicina interna, reumatología, psicología, psiquiatría…), durante varios años, hasta que son diagnosticadas, para, al final, ser tratados los síntomas con analgésicos para el dolor (incluso morfina), antidepresivos, ansiolíticos, etc., con constantes cambios de medicación, para intentar acertar, siendo con frecuencia ineficaces para paliar la sintomatología que se padece.
Las personas con estas patologías, por prescripción médica, se ven obligadas numerosas veces a prolongadas bajas laborales, que pueden ser de hasta un año y medio consecutivo.
Tanto si la persona enferma, después de muchos años padeciendo estas enfermedades, solicita la incapacidad permanente, como si es llamada, tras un año o año y medio de baja laboral continua, por el conocido como “tribunal médico”, en la inmensa mayoría de las veces, el Equipo de Valoración de Incapacidad (EVI), desestima la incapacidad laboral permanente, incluso con informes médicos de especialistas del propio sistema público de salud, en los que se especifica claramente el grado de afectación y la imposibilidad de realizar trabajo alguno.
Al mismo tiempo estas personas pueden tener reconocido, por un Equipo Técnico de Valoración (E.T.V.) de la Consejería de Bienestar Social, un alto grado de discapacidad, con movilidad reducida y la necesidad de ayuda de tercera persona para las actividades básicas de la vida diaria, con un Plan Individual de Atención, en el marco del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia.
Los Equipos de Valoración de la Incapacidad del INSS, parece como si tuvieran alguna indicación de que no se reconozca la incapacidad permanente a estas personas, motivando su decisión, de forma generalizada, con la frase: “por no alcanzar, las lesiones que padece, un grado suficiente de disminución de su capacidad laboral, para ser constitutivas de una incapacidad permanente…”.
Tras esta resolución se puede interponer una reclamación, ante la Dirección Provincial del INSS, previa a la vía jurisdiccional. Reclamación que también suele ser denegada, obligando a las personas con Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica, afectadas de forma severa, a recurrir a los jueces para que le sean reconocidos sus derechos.
Todo este proceso han tenido que seguir recientemente dos miembros de la Asociación de Familiares y Enfermos de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica de la Provincia de Albacete (AFIFCAB), hasta que los juzgados números 1 y 3 de lo social de Albacete, tras más de un año y medio de espera, han declarado, respectivamente, la Incapacidad Permanente Absoluta, derivada de enfermedad común, con todos los derechos legales y económicos inherentes a esta declaración, obligando al INSS a pagar mensualmente a cada una de las personas afectadas, el importe de su correspondiente base reguladora y los atrasos generados.
AFIFCAB considera imprescindible mucha más investigación para determinar el origen de estas enfermedades, mayor y mejor formación en ellas de los médicos de familia y especialistas que intervienen en su diagnóstico y tratamiento, así como la creación, en el Hospital General Universitario de Albacete, de una Unidad Multidisciplinar Especializad en Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica.
Al mismo tiempo urge modificar los criterios que aplican, los Equipos de Valoración de Incapacidades (IVI), a las personas enfermas de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica, para no hacerles mucho más difícil la vida y no tener que pasar por el “calvario” a las que se ven sometidas por parte del INSS.
"Es incomprensible que con los mismos y clarísimos informes médicos, de distintas especialidades, los Equipos de Valoración de Incapacidades (EVI) del INSS, emitan informes en los que se basa la Dirección Provincial del INSS para denegar la incapacidad permanente a quienes padecen estas enfermedades de forma severa y sin embrago los jueces si les reconozcan esta incapacidad y así lo declaren", indican desde la asociación.
En estos casos, que se producen con reiteración y de forma muy frecuente, los/las Directores/as Provinciales del INSS y los y las médicos que hacen los informes, ¿no estarán incurriendo en un presunto delito de prevaricación, al estar dictando a sabiendas una resolución injusta?
Es deseable que no se llegue a que exista una posible denuncia y su correspondiente condena judicial, de ningún tipo, a responsables del INSS y a ningún médico y que antes de llegar a esos extremos se hagan las valoraciones de incapacidad permanente, por parte de los Equipos de Valoración y las resoluciones de los responsables provinciales del INSS, de una forma justa.
AFIFCAB considera que no se le debe reconocer incapacidad laboral alguna a quienes no estén en la correspondiente situación de enfermedad y al mismo tiempo que sí se les sea reconocida por el INSS, sin necesidad de tener que recurrir a los tribunales de justicia, a las personas cuyos diagnósticos de Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica, en afectación severa, hayan sido determinados, por los especialistas adecuados, tras todas las pruebas médicas necesarias.