El municipio albaceteño de San Pedro vive estos días sus fiestas en honor a la Virgen del Pilar y lo ha hecho mezclando tradición y folclore, nuevas iniciativas en las que los vecinos son más protagonistas que nunca de los festejos a su patrona.
Ejemplo de esas nuevas iniciativas es la incorporación en el programa del acto de Exaltación del Traje Regional. Es la primera vez que se hace en San Pedro un acto de estas características y en el que los vecinos se han volcado. Vestidos de manchegos, serranos y también de espigadores, los habitantes de San Pedro han mostrado este domingo las diferentes y variadas formas de vestir en la región antaño. Todo un viaje en el tiempo para el que rememoran tradiciones familiares y abren los baúles para recuperar los aperos que sus antecesores vestían en la zona.
"Queremos que la gente vuelva a vivir ese entorno de sus padres y sus abuelos en este municipio", explica el alcalde de la localidad, Daniel Sancha, quien insiste además que el objetivo de incorporar actividades de este tipo es "que la gente participe y que la gente sea protagonista de las fiestas del municipio".
Y objetivo conseguido porque a las puertas de la iglesia decenas de vecinos, de todas las edades, participaron de esta exaltación luciendo galas y bailando al son de la música. Y es que en la plaza de la iglesia, donde se dieron cita estos trajes con solera, la Asociación Cultural Olmo de Riópar amenizaba el acto con seguidillas manchegas.
Devoción en la ofrenda a la Virgen
Las fiestas de El Pilar son tan importantes como las del patrón San Pedro, del que este municipio de 1200 habitantes recibe su propio nombre. La muestra más clara fue la ofrenda floral a la Virgen de El Pilar, que aguardaba a pocos metros del lugar donde se reunían los vecinos de San Pedro ataviados con los trajes regionales. Así, vestidos para el evento muchos rindieron culto a la patrona en la iglesia donde la imagen de la virgen quedó rodeada de flores, que a manos de mayores y pequeños le rendían culto, tanto así que la iglesia del municipio se quedó pequeña para acoger a todos los que querían asistir a la ofrenda a la Virgen.

Rey y Reina de la fiestas, primeros en hacer la ofrenda de flores