Hoy 22 de marzo, celebramos el día mundial del agua. Un día de celebración, pero también de reivindicación. Estamos ante el elemento básico para el sostenimiento y desarrollo de la vida.
Hablar de agua y más desde la posición en que hoy lo hago, como concejal de medio ambiente y desarrollo local de Villarrobledo, resulta muy difícil no dejarse llevar por los sentimientos.
Soy nieto de agricultor e hijo de la tierra que me ha visto crecer. Aunque no me dedico a la agricultura de manera profesional, tengo un profundo sentimiento sobre el campo y sobre la necesidad que representa el agua para esta tierra.
“Agua para vivir” es la frase que viene a mi cabeza cuando se habla de agua y más en los pueblos que vivimos sobre la masa de agua “Mancha Occidental”. Con frecuencia, cuando se habla de problemas de acceso al agua automáticamente pensamos en países del tercer mundo, que son los países donde resulta prácticamente imposible el acceso al agua y más en condiciones de salubridad y sanidad para hacerla con condiciones de consumo. Sin embargo, al lado nuestro, en nuestros campos vemos como también se tiene problemas de acceso pese a tener agua, el llegar a un grado de desarrollo alto en la sociedad la administración ha desarrollado normas para preservar la conservación del acuífero.
Hoy no podemos pensar en desarrollo sin sostenibilidad, pues nos llevaría a una pérdida del futuro y a que nuestra tierra se vea abocada a la pobreza viéndonos alejados de la tierra de oportunidades que queremos ser. Pero sin acceso al agua, la Mancha se muere y ahí es donde se debe actuar desde las administraciones y sobre todo desde el gobierno regional, no derrochar ni una gota de recursos hídricos debería ser obligatorio.
El agua es riqueza, por lo que si hoy hay que reclamar algo es inversión en infraestructuras hídricas. Si miramos a los países más avanzados de nuestro entorno, vemos como la política hídrica ha sido un pilar básico en el desarrollo, por ejemplo, Alemania presenta interconexiones entre todas sus cuencas, teniendo también conectados los acuíferos a esta red, dando así respuesta a la necesidad de embalsar y almacenar agua.
Aún llegamos a tiempo de preparar nuestras infraestructuras y nuestra política hídrica, pero hace falta la voluntad política para afrontar tal obra. Nos encontraríamos ante el plan que produciría el cambio en nuestra sociedad, pudiendo darles las facilidades y el reconocimiento que merece nuestro sector primario, que tantos esfuerzos hace y tan pocas veces ve reconocida su labor.
Nos merecemos una política con amplitud de miras, que sitúe a Castilla la Mancha, y a España, como referente en gestión de recursos hídricos.