El seis es el número de la responsabilidad, la responsabilidad con las generaciones futuras, con nuestras hijas, con nuestras nietas, con conseguir un mundo más justo, más igualitario para ellas, también la responsabilidad con nuestros hijos, para que entiendan que sus hermanas, sus hijas, sus primas, sus madres y sus parejas son exactamente iguales que ellos.
El seis es el número de la honestidad, honestidad de nuestros representantes, de los que nos gobiernan, honestidad para luchar día a día por la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, honestidad para luchar sin tregua contra la violencia machista que nos azota constantemente y que se lleva por delante las vidas de tantas mujeres solo por el hecho de ser mujeres, honestidad para educar en igualdad y para legislar para que todo el mundo eduque en igualdad.
El seis es el número de la fidelidad, porque somos fieles a nosotras mismas, porque somos fieles a nuestras ideas, porque somos fieles a nuestros derechos, porque somos fieles a nuestras lucha, porque somos fieles a nuestros deberes con nuestras iguales, porque precisamente esa es la lucha, la igualdad, porque somos fieles a la igualdad efectiva entre hombres y mujeres.
El seis es el número del equilibrio, el equilibrio entre lo justo y lo injusto, el equilibrio entre la igualdad y la desigualdad, el equilibrio entre la libertad y la esclavitud, equilibrio entre la solidaridad y el egoísmo, equilibrio entre lo radical y lo moderado, el equilibrio en una sociedad patriarcal para tornarla feminista, el equilibrio en una educación machista para convertirla en igualitaria, equilibrio de género como derecho reconocido en todos los textos legales internacionales y como principio que debe inspirar todos los derechos fundamentales.
El seis es el primer número perfecto.
Porque fueron seis los millones de mujeres que abarrotaron las calles de toda España el pasado 8 de Marzo, el Día Internacional de las Mujeres, el día morado, el día de las luchadoras que murieron en Nueva York, el día de las feministas de 1961, el día de Clara Campoamor, el día de las feministas de 1981, el día de Olympe de Gouges, el día de las mujeres islandesas de 1975, el día de las sufragistas, el día de Victoria Kent, el día de Concepción Arenal, el día de Carmen de Burgos, el día de Teresa Claramunt, el día de Dolores Ibarruri, el día de mi hija, el día de mi madre, el día de tantas y tantas mujeres anónimas que demostraron que si paran las mujeres se para el mundo, el día que seis millones de mujeres lloraron por todas aquellas que han perdido la vida a causa de la violencia machista, el día que seis millones de mujeres gritaron que el feminismo no pretende una discriminación sexista, que el feminismo no es lo mismo que el machismo y que la lucha real es por la igualdad entre hombres y mujeres, el día que seis millones de mujeres salieron a la calle para demostrar que puede haber un mundo sin brecha salarial, sin violencia de género, sin discriminación sexual, sin techos de cristal, sin acoso sexual, un mundo en el que los principios de mérito y capacidad sean ciegos y no distingan por sexo. El día en el que seis millones de mujeres pararon España y se movilizaron de una manera masiva, transversal y pacífica, de una manera histórica en la primera huelga feminista por los derechos de las mujeres.
Porque seis fueron los millones de mujeres que el día 8 de Marzo paramos España y lo volveremos a hacer y seremos más.
Diana González
Integrante de la Comisión Ejecutiva Municipal del PSOE en la ciudad de Albacete