El aula de electroacústica del Conservatorio Superior de Música de Castilla-La Mancha organiza el proyecto ‘Hidden Faces’ para dar visibilidad a las enfermedades mentales.
Se trata de una iniciativa que nace dentro de los ciclos ‘Human Changes’, correspondientes a una serie de conciertos que se llevan produciendo con el Aula de Electroacústica desde los inicios del Conservatorio. Esta edición corresponde a su edición número 12. En esta ocasión el proyecto pretende dar visibilidad y voz a aquellas “caras”, las de las personas que padecen enfermedades mentales, que no se muestran, o, mejor dicho, no se tienden a mostrar por razones sociales o de distinta índole y que merecen mayor atención por parte de la sociedad.
Se trata de dar visibilidad con “nuestras propias creaciones. Cada compositor o compositora ha elegido un tema relacionado con las enfermedades mentales, o incluso los propios trastornos y ha plasmado a través del sonido los sentimientos y/o vivencias que tienen las personas que las padecen”, explica Raúl Pérez, alumno de Cuarto de Composición del Conservatorio Superior de Música de Castilla- La Mancha. De esta manera, las obras buscan esa empatía con estas personas que en muchos casos son silenciadas.
El concierto tendrá lugar el próximo 10 de febrero en el Auditorio del Conservatorio Superior de Música de Castilla-La Mancha ubicado en Albacete. Será a las 11 y media de la mañana y tendrá una duración entorno a una hora y media aproximadamente.
El concierto se divide en ocho creaciones, una de ellas corresponde a una instalación sonora. Al principio, el público se encontrará con un espacio vacío en el centro del escenario donde cada uno de los sonidos que produzcan se le devolverá de forma distinta, de forma que no puedan entender lo que “la sala” les dice. Así comienza el concierto, con esta instalación que busca enfatizar uno de los síntomas de trastornos como la esquizofrenia, la ansiedad o incluso la soledad y la depresión que vemos hoy en día en nuestros mayores.
Después le seguirán una serie de obras ‘acusmáticas’ u obras para altavoces, lo que vendría siendo para electrónica sola, donde aquí cada alumno expondrá y realizará su visión sonora sobre una enfermedad mental.
Y para finalizar, se interpretarán obras mixtas entre instrumentos y electrónica buscando tener los mismos objetivos que las ‘acusmáticas’: exponer su particular mirada hacia estas afecciones.
“Es un espectáculo donde el propio oyente realiza su propia creación musical y después, deja paso a los intérpretes de electrónica e instrumentos. Un espacio para la creación propia y la escucha de otras creaciones. Se podrá ver, a parte de las obras ya mencionadas, a los propios alumnos y alumnas del centro realizando sus creaciones, no sólo a los implicados con el Aula de Electroacústica, sino también a los intérpretes que participan”, señala Raúl.
Es un concierto que une tanto al público como al alumnado en un proyecto común. Todo ello bajo el amparo de la visibilidad de las enfermedades mentales en un entorno donde no hay prácticamente instrumentos musicales, sólo altavoces, “cacharrería electrónica” y un puñado de amantes de este arte tan agradecido como es la música.
Reivindicar lo que es silenciado
“Siempre intentamos reivindicar aquello que es silenciado, creo que esto está en el gen de los artistas. En este caso creemos que nuestro deber es apoyar y dar voz no sólo hablando de las enfermedades y exhibiéndolas públicamente como hacemos con este concierto, sino también con vuestro apoyo, el de los medios, que tan importante se hace hoy en día”, detalla el alumno.
Estas situaciones se viven cada día con amigos, familiares y gente cercana “a nosotros, todos conocemos a alguien que padece uno de estos cuadros clínicos y debemos ayudarles”, añade Raúl. Muchas veces se oyen y leen en las noticias el número de ancianos en situación de soledad o el número de adolescentes víctimas de la depresión que caen en el suicidio.
Consideran que la sociedad debe de dejar de mirar para otro lado y apoyar a estas personas porque necesitan de esa ayuda y en cualquier momento podría “sucedernos a cualquiera”.
Tras el parón por la pandemia, hay ganas
“Siempre hay ganas. Creo que la pandemia nos azotó un duro golpe a todos y en especial a los integrantes de este sector que es el de la cultura. Volver a los escenarios emociona en todos los sentidos, muchos nos sentimos como si volviésemos a ese punto de partida, los mismos nervios o las mismas caras “, indica Raúl Pérez.
La cultura, y en especial la música, se hizo indispensable en esos días de confinamiento colectivo, fue la que “nos alegraba y nos daba la fuerza para seguir adelante incluso en los momentos de agradecimiento hacia nuestros sanitarios. Después de ello, el colectivo cultural tuvo que resurgir y reinventarse. Desde este Aula también recurrimos a esos ‘conciertos online’. Siempre hay ganas de que el público te dé ese calor humano y te transmita la cercanía”, detalla el alumno.
Desde el Conservatorio animan a toda la ciudadanía a asistir a cualquiera de sus eventos. Forman parte de la única institución de este tipo en la región y apoyarles nunca está de más y más, siendo por esta causa tan emotiva y especial. “Animamos a aquellas personas que quieran asistir no sólo a escuchar las creaciones sonoras, sino a poner también el grito en el cielo dando voz a esta no tan pequeña parte de la sociedad que es silenciada a diario”, finaliza Raúl.