Defendemos un feminismo dialogante, plural, que promueva espacios de encuentro para seguir avanzando en la igualdad real, un feminismo que se sustente en lo que nos une frente a los que buscan la censura, el ataque y la exclusión.
Sabemos que hay muchas formas de concebir el feminismo. La nuestra es una de ellas. Nos caracteriza el respeto por las diferencias y las distintas posiciones de quienes integramos el Movimiento Feminista, también de quienes integramos este feminismo.
Queremos un feminismo plural en una sociedad plural y nos preocupa tanto el retroceso en derechos políticos y libertades de expresión como el clima hostil e intolerante que a menudo impera en ciertos contextos feministas. Defendemos el debate y el diálogo y no unidades impuestas o decretadas, porque ese es el camino hacia un feminismo que en lugar de gestionar sus diferencias con debates las gestiona con ataques agresivos que nos debilitan al conjunto.
Defendemos la transformación social como una gran tarea que no creemos que se logre desde recetas punitivas que hagan del castigo su herramienta principal. Nos preocupa la tendencia, que vemos en nuestro contexto político, de recurrir al Código penal como principal solución para enfrentar el machismo o la violencia de género, dedicando pocos esfuerzos a la transformación de las conductas y los comportamientos, desde la educación, la sanidad, los servicios sociales, en fin, apostando por los recursos económicos y políticos.
Defendemos un feminismo cuyo objetivo es conquistar, ampliar y fortalecer la libertad de las mujeres. Un feminismo que habla de la sexualidad más en clave de placer y menos en clave de peligro. Nos preocupa el puritanismo aún vigente en nuestra sociedad, ese que ha condenado siempre a las mujeres desde la culpa. Es desde la libertad de las mujeres, que nunca podrá ser arrasada por la violencia o el poder, desde donde debemos trabajar para ampliar esa libertad y hacerla más fuerte.
Defendemos un feminismo inclusivo que nos reúna a todas y todos los que queremos cambiar la sociedad y sus desigualdades. Creemos que en toda lucha política las identidades son necesarias: si nos reconocemos como mujeres, homosexuales, lesbianas, trans y tantas otras etiquetas, tendremos que utilizarlas para rebelarnos contra los estigmas y la discriminación. Pero somos, antes que mujeres, homosexuales, personas racializadas o trans, personas que nos unimos, no por lo que somos, sino por nuestros objetivos políticos. Lo que compartimos es más importante que lo que nos diferencia y son esos objetivos compartidos lo que nos mueven y al servicio de los cuales usaremos políticamente nuestras identidades.
Creemos en un feminismo que cuente con los hombres y los incluya, como creemos que tiene que incluir toda la diversidad LGTBIQ+. Un feminismo mixto y mestizo en el que podemos reunirnos todas las personas más allá de nuestras identidades de género, orientaciones y tantas otras diversidades.
Defendemos un feminismo comprometido con combatir todas las formas de exclusión, violencia y discriminación a las que se ven expuestas las mujeres y que demanda la redistribución de la riqueza y combate la precariedad y la pobreza.
Defendemos la autoorganización de las mujeres, los derechos para todas y todos.
Artículo de opinión de Ágora Feminista de Albacete