El 4 de enero se celebra el Día Mundial del Braille con el objetivo de crear una mayor conciencia sobre la importancia del braille como medio de comunicación, para la plena realización de los derechos humanos para las personas ciegas y con deficiencia visual.
La ONCE destaca la vital importancia que este sistema de lectoescritura ideado por el francés Louis Braille a mediados del siglo XIX tiene para fomentar la autonomía personal de quienes carecen de visión.
Javier Álvaro, director de la ONCE de la provincia de Albacete indica que es un día de reivindicación porque se sigue requiriendo del braille como elemento de comunicación e información. “Se impulsa el uso del braille para que los afiliados a la Organización y el resto de la ciudadanía puedan conocer y disfrutar de este código de lectoescritura desde todos sus ámbitos: educativo, cultural, el uso del braille en la vida cotidiana, en el ocio y en muchas otras vertientes”, añade.
El conocimiento y el uso del braille cada día es más habitual entre la sociedad. Todavía queda mucho por hacer como por ejemplo comprar de una forma segura en supermercados por lo que debería estar más presente en envases de productos alimenticios. También, “recibir información de aquellos lugares que visitamos como museos o edificios públicos. En los medicamentos, botones de ascensor, cartas de restaurantes entre otros hábitos. Todo ello supone una gran mejora en la vida cotidiana de las personas ciegas o con baja visión”, señala el director.
Un día importante de reivindicación para que más empresas implementen este código de lectura y así, ampliar la información y poder deambular de forma segura cada día. Cada año se lucha para que este tipo de lectura este más presente.
La ONCE garantiza la alfabetización y el aprendizaje del braille desde la temprana edad. “Atendemos, exactamente, a 62 escolares y trabajamos con todos aquellos que más lo necesitan para que puedan acceder a esta atención educativa. Un modelo personalizado para personas ciegas, con deficiencia visual o con personas que pierden la visión a partir de cierta edad”, explica Javier.
Una de las tareas más importantes es seguir alfabetizando a los escolares en los centros de educación. Todo ello se lleva a cabo, gracias a “nuestros profesionales de apoyo. Por un lado, asesoran al centro escolar para que sepan cómo realizar esta educación y facilitan con material a los docentes. Luego en nuestro centro realizamos apoyos como aprender técnicas de autonomía personal o aprender este sistema de lectoescritura.
Además, desde la ONCE en la provincia de Albacete continúan con la labor de conseguir que el mundo tenga más braille, sobre todo, en productos de consumo. “Es donde más carencias hay y donde más se necesita que estén”, concluye el director.