“El dolor, el silencio insoportable, la indiferencia o el abandono son los principales motivos” por los que nace, recientemente, la Asociación de Memoria Histórica de Madrigueras, Chinchilla de Montearagón y comarca como dice su presidenta María Pilar Orozco Sahuquillo. La finalidad de poner en valor la memoria histórica, dignificar y restaurar la memoria democrática de quienes fueron perseguidos y represaliados por defender la libertad y los derechos.
Un buen día, un 24 de abril de 1939 (Causa 119 de La Roda) José Sahuquillo Valera, bisabuelo de María Pilar, abuelo de su madre fue el alcalde de Madrigueras desde 1933 hasta 1939 por lo que fue detenido junto a su hijo Andrés Sahuquillo y su cuñado y teniente de alcalde José Tendero Martínez. “El 7 de agosto de ese mismo año, dos de ellos fueron fusilados en Chinchilla (José Sahuquillo y José Tendero) junto a Dídimo Martínez Ponce y Antonio Beleña Garrido. Dos días después de las Trece Rosa (nombre colectivo dado a un grupo de trece jóvenes, la mitad de ellas miembros de las Juventudes Socialistas Unificadas)”, añade.
Con 17 años, la curiosidad de María Pilar por conocer la historia “real” de su familia le llevó a percatarse de que en realidad nadie sabía nada. El silencio y el miedo estuvo presente en los hogares muchos años. “No solo lo mataron, sino que lo condenaron al olvido. Por ello en 2017 me armé de valor y comencé a buscar en los archivos hasta que encontré todo. Así empecé a mover todo lo sucedido para encontrar a mi bisabuelo. Contacté con Ángel Fuentes, catedrático y director del Laboratorio de Antropología del Forense de la Universidad Autónoma de Madrid ya que ha abierto cientos de fosas para sacar a miles de personas del olvido”. Además, añade al respecto que está feliz de que todo esto esté pasando por todo el trabajo que “me ha costado. Todo porque se ha contado una historia que no tiene que ver con la realidad”.
Secretaria judicial de profesión, María Pilar ha querido conocer la historia de su familia hasta el fondo. Por ello cuenta que su abuelo, Andrés Sahuquillo e hijo mayor de José fue combatiente y sobrevivió a cuatro cárceles. “Las represalias contra la familia fueron terribles”, cuenta Orozco. Además, su abuelo fue presidente de las Juventudes Socialistas Municipales y sobrevivió a circunstancias inhumanas ya que su paso por la cárcel de Chinchilla fue un horror porque no tenían agua, ni saneamiento, recibían palizas o cubos de agua fría, “como no sería de mala que el propio Franco la cerró”. Después iría al Puerto de Santa María (Cádiz) y de allí a Barbastro (Aragón) con 28 años. Luego estaría en otra cárcel en Huesca y de esa ciudad al destierro donde estuvo a 100 kilómetros de Madrigueras en Gestalgar (Valencia) hasta que pudo volver a su pueblo natal donde murió en 1989.
“Hasta que no traiga a mi bisabuelo no voy a estar tranquila”
“Hasta que no traiga a mi bisabuelo no voy a estar tranquila”. Busca a su bisabuelo porque “hay algo dentro de mí que me impulsa a esto. En palabras de Fuentes me dijo al respeto que había sido la persona que había heredado el dolor por eso me mueve en mi interior a remover todo y llegar hasta el final”, dice María Pilar.
Una condena “injusta e indigna”. Tanto la familia Sauquillo como la Tendero agradecen la iniciativa de María Pilar ya que la exhumación del cuerpo de su bisabuelo será a finales de junio. “Después se llevará dos meses el cuerpo al laboratorio para analizar los restos, limpiarlos y contrastar el ADN. Así para finales del verano podremos realizarle el entierro que se retrotrae al momento de su detención en su casa para que descanse en paz”, añade.
Por ello, la lucha contra el olvido ha desencadenado en poder exhumar los cuerpos de una fosa de Chinchilla de estas cuatro personas donde está su bisabuelo José Sahuquillo junto a José Tendero, Dídimo Martínez y Antonio Beleña. Y otra fosa en el mismo municipio albaceteño será exhumada este mismo año donde “tiraban a la gente que moría en el penal por muerte natural donde se encuentran 23 personas más”. Las fosas cuentan con más cuerpos de los que los registros señalan.
Como presidenta resalta que uno de los cometidos de la asociación será ayudar a la gente gratuitamente a encontrar a sus familiares porque “se cómo buscarlos”. Por ello indica que cualquier persona que necesite ayuda al respecto y específicamente puedan tener a alguien en la fosa de Chinchilla y la comarca deben ponerse en contacto con la asociación a través del correo electrónico [email protected] o al teléfono 605 99 66 98.
El papel de la mujer
“A los hombres los condenaron a muerte y a las mujeres las condenaron a vida. Todo porque las que se quedaban viudas como mi bisabuela tenían que criar a sus hijos y mantener el hogar familiar. Le mataron a su marido, a su cuñado y a su hermano, mientras su hijo iba de cárcel en cárcel. Además, su hija pequeña María Sahuquillo viajaba a donde estaba mi abuelo (Andrés) para llevarle comida sin saber si iba a poder dársela, todo ello en los años 40. No puedo imaginar el nivel de dolor que tuvo que pasar mi bisabuela porque le quitaron todo”, cuenta Orozco. A parte de esto, añade que sus bisabuelos eran emprendedores, tenían una bodega y una almazara que habían conseguido a base de trabajo y les “quitaron todos sus bienes”.
A raíz de esta historia, la presidenta busca dar visibilidad a través de la reciente asociación al papel de la mujer en aquellos tiempos por todo el sufrimiento que vivieron.