Por segundo año consecutivo Cáritas Diocesana de Albacete pone en marcha el Campo de Trabajo, una iniciativa dirigida a menores de familias con pocos recursos y que surge cuando se detecta que en verano no tienen una alimentación completa ya que se cierran los comedores escolares. "Pensamos que teníamos que garantizar una comida variada y sana", cuenta Carmen Escribano, directora de Cáritas Albacete.
El año pasado pusieron en marcha este Campo de Trabajo que se desarrolla en el Seminario, dentro de la capital. Se trata de un proyecto en el que participan 50 menores, todos ellos son niños derivados por las parroquias de la ciudad, de familias a las que ellos atienden y que tienen graves problemas económicos. "Lo que nos mueve es estar a lado de los más débiles y precisamente los más vulnerables son los niños. A lo mejor en sus casas no se pasa hambre pero hay muchas carencias alimenticias", explica la directora de Cáritas Diocesana de Albacete.
"Nosotros además de centrarnos el la comida - cuenta Carmen Escribano - desde las 10 de la mañana hasta las 15:00 horas ofrecemos un programa de campamento gestionado con técnicos y voluntarios durante las cuatro quincenas". Así pasan los días estivales entre juegos, actividades, e incluso van a la piscina.
El campamento está becado casi al 99% ya que se cobra 5 euros por quincena por niño, y el resto del coste se paga entre la parroquia desde donde se envía al niño y el propio Cáritas.
Estos cincuenta niños que participarán en el Campo de Trabajo de Cáritas tendrán una comida completa al día, igual que otros 200 niños de la capital que se verán beneficiados de ayudas puestas en marcha por el Ayuntamiento de la ciudad para que puedan utilizar los comedores escolares este verano.
Las ONG toman el papel de las instituciones
En los últimos años, especialmente agravado por los recortes y las medidas de ajuste de las administraciones públicas a todos los niveles, los colectivos y asociaciones como Cáritas, Cruz Roja, Bancos de Alimentos, entre otros se han visto obligadas a tomas las riendas y salir a ayudar a aquellas familias que los están pasando mal y que no reciben ayuda o respuesta alguna de los gobiernos. "La sociedad del bienestar se está desmantelando y Cáritas, al igual que otras instituciones, estamos apoyando a las personas porque no se puede primar todo al sistema de coste y beneficio económico", cuenta Escribano que recuerda que desde la ONG que ella dirige se ayudó solo el año pasado, el 2014, a más de 4000 familias de Albacete. A ellos acuden familias que tienen a todos sus miembros en paro y que no cuentan con ingresos, además de personas que buscan empleo y hasta los niños, a través del programa de infancia, donde se les acompaña con las tareas del colegio e incluso se ofrecen actividades extra escolares. "Sabemos que hay cosas que no son tan rentables, pero hay que tener en cuenta la rentabilidad social", insiste Escribano a la vez que advierte que son los menores los más afectados por estas situaciones.