©Juan-Ramón Moscad.
Economista UNED Almansa @jmoscad
Sinopsis de Acabemos con el paro:
A pesar de que el desempleo se ha reducido a niveles de septiembre de 2010 –tras llegar en 2013 a un pico del 27 por ciento– y que la OCDE estime que crearemos más empleo que los países de nuestro entorno, España sigue entre los países con mayor paro de la Unión Europea. El desempleo es, qué duda cabe, la mayor lacra social de nuestro país y sus consecuencias económicas, sociales, políticas e incluso psicológicas alcanzan unas dimensiones monstruosas.
En el presente ensayo, Daniel Lacalle reflexiona sobre las causas de nuestro paro endémico y propone las reformas que en materia política y económica deberían afrontarse para hacerle frente, tales como una revisión crítica y constructiva de las causas del desempleo y de las políticas públicas de fomento de empleo, la superación de la demonización del empresario y el miedo al riesgo, el nuevo papel de los sindicatos, el autoempleo como una de las vías con más futuro, el salto de las pymes a grandes empresas, el fomento de la exportación de calidad, el premio a la productividad y la meritocracia, y la búsqueda de la creación de valor añadido en lugar de las improductivas subvenciones.
Mientras nos quejamos de precariedad y derechos sociales, esperamos que la prosperidad y la independencia nos las dé un empleador, a ser posible público. No va a suceder, y así nos encaminamos a ser esclavos del entorno. ¡Hay que acabar con esta dinámica de resignación!
Esto que vamos a comentar es una parte del primer apartado del libro del economista Daniel Lacalle titulado “Acabemos con el paro” (Cómo poner fin a la mayor lacra social y económica de nuestro país), editado por ediciones Deusto el 28/10/15. Dice así:
Cita: “Cuando te das cuenta de que para producir necesitas obtener autorización de quien no produce nada, tu sociedad está condenada” (Ayn Rand)
Lacalle empieza haciendo un comentario:
“Cuando les comenté a mis hijos que estaba escribiendo un libro sobre el paro, Pablo, uno de ellos, me dijo: «Es fácil, construye ciudades fantasma enormes como los chinos y las llenas con la gente que sobre». Su hermano Jaime añadió: «Y te gastas todo el dinero». Aunque estaban de broma, no nos debe sorprender que en la Unión Europea contemos con niveles de desempleo muy superiores a Estados Unidos o Reino Unido y que a la vez se gasten enormes cantidades en «planes industriales» y en políticas activas de empleo”.
Y cita como ha sido la forma habitual de crear empleo:
“Se ha acudido tradicionalmente al Estado, en vez de al mercado, para crear empleo. Con resultados decepcionantes. La Unión Europea gastó hasta un 3,5 por ciento de su PIB en planes de estímulo entre 2008 y 2010 (en España, entre otros, el tristemente famoso Plan E) y destruyó más de 4,5 millones de empleos. A esos planes de estímulo estatales se añadía un gasto anual en políticas activas de empleo que superaba el 1 por ciento del PIB. Mientras que en la OCDE la media de gasto en políticas activas de empleo no alcanzaba el 0,6 por ciento del PIB, en Estados Unidos no llegaba al 0,15 por ciento, en España era del 0,9 por ciento en 2011 y en otros países, como Francia, superaba el 1,5 por ciento”.
¿Qué ha hecho la Unión Europea? Recurrir al gasto público:
“La Unión Europea ha mostrado el error de recurrir al gasto público para solucionar el problema del paro. Un sistema de incentivos incorrecto lleva a que la tasa natural de desempleo suba y el paro no mejore. Cuando miramos el desglose de las políticas activas de empleo no sorprende ver que casi la mitad se pierde en los tristemente famosos «cursos de formación» de sindicatos y patronal, que no han generado casi empleo y han sido fuente de numerosos casos de corrupción (por ejemplo, el «caso Edu», cuyos presuntos fraudes en los cursos ya ascienden a 2.000 millones de euros)”.
¿Dónde está el problema entonces?:
“La formación es una de las asignaturas pendientes de nuestro sistema laboral. Si la empresa paga el 0,6 por ciento sobre la base de cotización y el trabajador el 0,1 por ciento, ¿no sería mejor que quien paga la formación sea quien decida?, ¿quién mejor que la empresa para conocer las necesidad formativa de sus empleados? El Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), que debería evaluar, hacer seguimiento y controlar el éxito de la formación, sólo contrata el 2 por ciento aproximado del empleo, mientras que las empresas de trabajo temporal alcanzan alrededor del 4 por ciento. El fraude que se ha cometido, desafortunadamente, nubla los éxitos de aquellos organismos de fomento del empleo que sí han tenido un valor. ¿Acabar con el salario mínimo? ¿Qué quieres, que acabemos como Suiza?”
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Los apartados del libro son:
Sumario
Introducción
1. Cómo aumentar el paro con políticas activas de empleo
2. ¡Más empleo público!
3. Precariedad, horas trabajadas e ingresos de Seguridad Social... Horror y pavor
4. Las dificultades para crear empresas
5. Dualidad, movilidad y el verdadero modelo nórdico
6. El malvado empresario
7. El miedo al riesgo
8. Esperando a Godot. «Colocarse»
9. Productividad, antídoto contra la precariedad
10. Imprimir dinero no crea empleo
11. La culpa es de... ¿Alemania?
12. Redistribución fallida. Francia y el mercado laboral más rígido
13. Lección de Japón para Europa
14. Educación para el emprendimiento y el mérito
15. Veinte recomendaciones a los desempleados
16. Las propuestas de Comisiones Obreras
17. Soluciones
Acabemos con el paro
Epílogo
Agradecimientos
Bibliografía recomendada
©Juan-Ramón Moscad. Economista UNED Almansa @jmoscad [email protected]