Desde que las primeras bibliotecas, como la mítica de Alejandría, se incorporasen a las estructuras sociales de los pueblos, han sido buques insignias de la cultura y refugio libre y universal de la ciudadanía. De las necesidades de las sociedades surgen los grandes proyectos, y cuando se tiene altura de miras y altas expectativas, con paciencia y ambición, nacen proyectos como la Biblioteca de los Depósitos del Sol.
Da la impresión de que el agua y los libros están condenados a encontrarse en nuestra ciudad. Los Depósitos del Sol y los de la Fiesta del Árbol eran dos grandes infraestructuras hidráulicas que han pasado a albergar corrientes de conocimiento sustituyendo a las corrientes de agua.
Se cumplen 100 años desde aquel lejano 1921, cuando los arquitectos municipales Carrilero y Muñoz diseñaron en el Alto del Sol unos depósitos con una capacidad de dos millones de litros con el fin de colmar las necesidades hidráulicas de una ciudad con proyecciones de futuro.
Los tiempos y las formas de relacionarnos cambian en todos los ámbitos, también culturalmente, pero las bibliotecas siguen siendo templos del conocimiento y la paz. La pandemia ha puesto de manifiesto lo superficial y lo necesario, y ha emergido la importancia de la lectura y la función social y cultural de las bibliotecas.
Como cada año, el 24 de octubre celebramos el Día de las Bibliotecas, coincidiendo con la fecha en la que la biblioteca nacional de Sarajevo fue destruida durante el conflicto de los Balcanes en 1992. La Red de Bibliotecas Municipales se suma a la celebración. Quince bibliotecas, que pronto serán dieciséis, cuatro salas de estudio, programas de animación a la lectura… y un gran equipo de profesionales que ponen pasión a su labor diaria.
Feliz Día de las Bibliotecas, feliz aniversario del Depósito del Sol.
100 años de agua y libros… y que sean muchos más.
Artículo de opinión con motivo del Centenario de Los Depósitos del Sol de José González Martínez, concejal de Movilidad Urbana y educación del Ayuntamiento de Albacete