Mario Plaza, profesor de Universidad de Estadística y colaborador de AlbaceteCapital, plantea una propuesta de gobierno para el Ayuntamiento de Albacete que respeta la representatividad de los votos de los vecinos de Albacete sin que el Partido Popular tenga que ser necesariamente el eje del Pacto.
Las noticias y los rumores sobre algún tipo de acuerdo para que, en el Ayuntamiento de Albacete, Ciudadanos facilite con su abstención la investidura como alcalde de Javier Cuenca, cabeza de lista del Partido Popular, apuntan a situaciones contradictorias. Para algunos esa posibilidad ya estaría decidida, aunque para otros esa circunstancia todavía se hallaría lejos de consumarse. Bueno, no nos falta demasiado para poderlo comprobar, y esta situación de indefinición por lo menos permite sugerir alguna otra tipología de conjeturas. Por ejemplo, ¿es del todo impensable alguna clase de encuentro entre PSOE, Ciudadanos, y Ganemos?
Se pueden analizar los contenidos programáticos de los documentos que proporcionan las referidas formaciones. Si se cotejan los documentos disponibles en la red en formato pdf, a saber y por orden alfabético, Ciudadanos. Programa Marco Elecciones Municipales 2015, (A), Ganemos Albacete. Programa para la participación, la trasparencia y el buen gobierno para y por las personas, (B), y Socialistas de Albacete. Programa Electoral, (C), nos encontramos con temas y contenidos similares.
Voy a tomar algunos temas como ejemplo:
Administraciones eficientes y democráticas: en Ciudadanos, págs. 4-5, en Ganemos págs. 11-13, y en PSOE págs. 84-8.
Trasparencia: en Ciudadanos, págs. 8-10, en Ganemos, págs. 8-11, y en PSOE, págs. 79-81.
Participación: en Ciudadanos, págs. 10-1, en Ganemos, págs. 6-8, y en PSOE, 81-84.
Prioridad de las personas: Ciudadanos, págs. 11-3, en Ganemos, págs. 70-78, y en PSOE, págs. 33-6.
En fin, para qué seguir con los temas de igualdad, empleo, cultura, salud, servicios sociales, desahucios, pobreza energética, etc. Tómense, por favor, la molestia de comparar los documentos.
Por resumir, las mencionadas propuestas de los partidos se opondrían principalmente, por una parte, a la displicencia con que ha funcionado, durante la etapa anterior, los rodillos de la mayorías absolutas, y también, por otra, a la desatención, por usar una palabra suave, que ha caracterizado el trato a las personas concretas, en particular a las que se encontraban en una situación más precaria (una forma de cobardía). Y la mejor manera de mostrar esa oposición sería la de separar del ejercicio del gobierno al partido que ha protagonizado esos defectos tan característicos y tan notables en la corporación previa.
De no hacer los esfuerzos necesarios para contrarrestar esas políticas podría decirse de estas candidaturas que ya están incumpliendo las promesas contenidas en sus programas. Además, si no parece difícil combinar sus programas, todavía parece más fácil la determinación de la Alcaldía. Ésta podría determinarse, para realizar ese programa común, por sorteo, mediante la extracción de una tarjeta al azar, de una caja en la hubiera cuatro tarjetas con el nombre de Ciudadanos, cinco con el nombre de Ganemos, y ocho con la inscripción PSOE, según el número de concejales de cada formación, y obteniendo la alcaldía el cabeza de lista de la formación del nombre que figure en la tarjeta extraída.
El compromiso, con la distribución de competencias ya establecida previamente a la determinación del alcalde o la alcaldesa, sería darse un plazo de seis meses, por ejemplo, para elaborar sobre la base común un programa concreto y ambicioso a realizar. Y si se funciona a satisfacción, se puede determinar que se prolongue la alcaldía, y luego que se permute de forma que en los cuatro años pudiera haber tres alcaldes, un año seguido de Ciudadanos, otro año seguido de Ganemos, y dos años del PSOE, con el orden a determinar o por sorteo.
La precariedad de la situación haría obligada la lealtad de los tres grupos, y en caso de incumplimientos cada uno de los tres podría proporcionar mayoría y acuerdo estable para una moción de censura al Partido Popular, que ocuparía por lo menos los seis primeros meses la oposición, y cuya situación de negociación, y más tras alguna auditoría que se pueda acordar por los nuevos gobernantes, no sería ya la misma que hoy tras aquella circunstancia.
No se ven más que ventajas. En cambio, quien no explore esta vía, o alguna parecida y mejorada, no podrá ya decir que está por la renovación, etc., estará volviendo a engañar a sus electores, y profundizando en una situación de descrédito que todos dicen lamentar.