En una entrevista a los 4 partidos en liza este 26J, nos preguntaban desde VIDA NUEVA ¿por qué “puede” votarnos un cristiano? Enseguida mi respuesta fue cambiar el titular para repreguntarme ¿Por qué una persona cristiana “debe” votar Unid@sPodemos?
Como creyente en el Jesús histórico que mueve mi compromiso sociopolítico, tengo que reconocer aquello que me ilusionó de Podemos -y ahora de toda esta marea de confluencias que es Unid@s Podemos-, fue su capacidad de recoger el aire de indignación surgido del 15M y de canalizarlo políticamente para -desde las instituciones- mejorar la calidad de vida de la mayoría de la gente.
Hace meses confesaba en otro monográfico de IGLESIA VIVA sobre el compromiso político de los Xnos que Podemos era “la mediación mejor concretaba mi Opción por los Pobres. Porque son esos empobrecidos el gran medio que ofrece Jesús para hacer el Reino desde una orilla de la historia lo que significa, por un lado, luchar por la desaparición de los pobres sociológicos mediante su promoción cultural, política y económica, y por otro, luchar por su causa, al poner a su servicio nuestros deseos de Tener, Saber y Poder”.
Un poco más atrás, en el grupo VOCENTO al hablar sobre ¿Cómo se vive la fe en España? Yo respondía diciendo que: “El Reino de Dios y una sociedad verdaderamente Socialista, se llevan muy poco, aquí en la tierra. Yo no separo experiencialmente, el compromiso creyente de mi compromiso sociopolítico, como no
hago distinción entre la celebración de mi fe en la comunidad, del comulgar con la causa de los empobrecidos de la sociedad”.
Y justo antes del 20D era ALFA Y OMEGA –el suplemento religioso del ABC- quien me preguntaba: ¿Qué razones crees que puede tener un católico para votar a tu partido? A lo que yo respondía que “…. todo nuestro programa está plagado de defensa de los derechos humanos, erradicación de la pobreza y de las injusticias, paralización de los desahucios, primacía de las personas frente a la economía o los bancos, denuncia de las corrupciones y privilegios (incluidos los de nuestra ICAR) y en definitiva, la lucha por un nuevo modelo de país donde quepamos tod@s; donde la desigualdad sea erradicada, donde las diferencias salariales no sean desmesuradas, donde los servicios públicos estén garantizados, donde se cumplan los derechos constitucionales y donde haya una verdadera democracia real.
Por eso, sin variar un ápice mi pensamiento ideológico, ni el ámbito de mi compromiso sociopolítico, tengo que afirmar que en esta ocasión “Unid@sPodemos” es la herramienta (no un fin en sí mismo) para servir a esos desfavorecidos. Y estar del lado de quienes sufren y no del poder, ni de los cambistas, ladrones, corruptos o evasores, fue lo que indignó a Jesús cuando echó a los mercaderes del templo. Ésa es la clave.
Una persona cristiana debe votarnos porque se trata de una confluencia que según su programa -y su praxis en los ayuntamientos del cambio en los que ya gobernamos-, beneficia a los más empobrecidos, responde mejor a los problemas de los trabajador@s, es el más transparente y –a diferencia del resto- no tiene corrupción alguna.
Unid@s Podemos se desmarca claramente del capitalismo y defiende las causas del medio ambiente y l@s excluidos, tanto como la encíclica “Laudato Si” un claro ejemplo de ello. Hace el mismo diagnóstico sobre la pobreza que el último informe FOESSA de Cáritas y -para quienen apuestan por la Laicidad- es en quien podemos fiarnos para que se denuncien los Acuerdos entre la Santa Sede y Estado español.
Pese a las falsas etiquetas y amenazas con las que se nos difama por los cuatro costados (ni somos comecuras, ni quema conventos, claro está, pero tampoco chavistas, yihadistas, bolivarianos o terroristas xD), pese a esas infamias que algo calan en quien solo ve la TV y oye las pésimas tertulias de los toderos de turno, creemos que el cambio que necesitamos también está lleno de cristianos/as y bebe -en buena parte- del Evangelio.
Lean ese programa que en forma de atractivo catálogo que hará de nuestro programa electoral el más leído de la historia y comprobarán cómo no hay nada en él que vaya contra los principios fundamentales del evangelio y sí numerosas propuestas coincidentes. Por eso, una persona creyente no solo “puede” votar a Unidas Podemos, sino que hará muy en hacerlo.