Su dilatada trayectoria en defensa y promoción de medio ambiente le han valido ser reconocido en los I Premios de Medio Ambiente de CLM, por su especial contribución a la protección del patrimonio forestal y su relación con el mundo rural albaceteño. Se trata de Miguel Fajardo, actual coordinador de los Agente Medioambientales en Albacete y que lleva 30 años trabajando para la conservación del patrimonio natural de la provincia.
Su labor y la de sus compañeros, dice, es desconocida para buena parte de la sociedad pero sin ellos no se concebiría la defensa y la prevención de todo aquello que acontece e influye de alguna forma en nuestros montes.
A lo largo de sus años de servicio ha visto infinidad de "agresiones" como él las llama, al entorno natural. "Los incendios son una de las más importantes", advierte Fajardo que asegura que si bien es cierto que ahora la conciencia de los vecinos es mayor y saben que no se puede hacer fuego en épocas como el verano, donde la campaña de prevención y extinción de incendios se identifica, sí que siguen viendo otro tipo de agresiones por desconocimiento. "Por eso es necesario que hagamos educación ambiental. Para evitar que estas cosas se produzcan".
Desde hace unos meses, y tras haberse perdido este servicio durante la anterior legislatura, han vuelto a los pequeños municipios, a 71 en total. Todo ello para ayudar a los ciudadanos de las pequeñas poblaciones en labores para las que están cualificados como quema de restos agrícolas y forestales, cambios de cultivos, información de jornadas cinegéticas, o informar sobre gestión de montes de utilidad pública, uso del medio natural, caza y pesca o enfermedades forestales, entre otros. "Debemos estar en contacto con la ciudadanía para concienciar de que no se hagan cosas raras". Esto además hace que puedan saber, de primera mano, qué sucede en esos municipios o comarcas, "saber si las aguas discurren limpias, si hay plagas o si existe cualquier cosa en el medio para poner remedio".
Una plantilla mermada
Que se reconozca la labor a toda una vida luchando por preservar el medioambiente es una señal de que se valora el trabajo de los Agentes Medioambientales. Pero la realidad deja una plantilla mermada en la que no hay reposición de vacantes de agentes. "Nuestra plantilla y nuestros deberes admiten más apoyos. Necesitamos refuerzos", advierte, especialmente ahora, en plena campaña de extinción de incendios, donde trabajan sin descanso y están todos a pie de campo para evitar, cuando se puede, y extinguir los fuegos que queman nuestros montes y en cuya labor se juegan la vida.