No hay consenso para la elaboración del nuevo proyecto de Ley de Caza. O al menos es es la versión de la Plataforma contra la Ley de Caza de Castilla-La Mancha, desde donde se asegura que las posturas en la mesa de negociación están lejos de ser cercanas. La plataforma forma parte de dicha mesa donde, a día de hoy, se negocia la Ley de Caza, por lo destacan que sienten “una honda preocupación y cierto punto de desconcierto ante las declaraciones emitidas este jueves en el pleno de las Cortes por el Consejero de Agricultura y Medio Ambiente de la Junta de Castilla La
Mancha” donde hacía alarde de ese consenso. Martínez Arroyo aseguró en las Cortes regonales “sentirse orgulloso” de un proyecto de Ley de Caza “consensuado al 95% de la mano de sectores cinegéticos y ecologistas”, que está previsto que se lleve al Consejo de Gobierno este mes de julio y en el que “se ha conseguido que el contenido casi íntegro tenga el aval de todos los que han estado sentados en la mesa”.
La Plataforma, por contra, asegura que desconocen que haya un borrador definitivo para la Ley además de que no comparten en absoluto las afirmaciones del consejero. La realidad, dicen, es que la ley tiene mucho por mejorar, pues hay prácticamente dos tercios de propuestas aún por discutir y dista enormemente de ese 95% de consenso. De hecho ellos lo cifran más bien en un 15%-20%.
La Plataforma señala que sólo se ha variado el artículo 27m, que se refiere a las sanciones económicas para aquellas personas que espanten piezas de caza y que quedan por debatir propuestas sobre artículos y sentencias “más graves y perniciosas” para la naturaleza y el uso público del entorno natural. Se trata de puntos “favorecedores” del modelo de caza “intensivo y depredador” que desató “clamor popular” contra la Ley de Caza.
Entre estos puntos señalan el traslado a la ley de protección animal de la fórmula de gestión de los animales domésticos que se encuentren abandonados en el medio natural, eliminando el concepto de asilvestrado y la posibilidad de que estos animales puedan ser abatidos por guardas de caza. También, recuerdan la prohibición de la caza nocturna, salvo los aguardos de jabalí debidamente reglamentados, y la caza desde vehículos, así como otras modalidades “masivas y crueles”, entre otros.