Según el informe ‘Situación Castilla-La Mancha’, elaborado por el banco BBVA, de cuplirse las previsiones para el próximo año el paro bajaría del 20 por ciento.
Aumento del consumo al por menor, el Turismo y las exportaciones, son los grandes motores del crecimiento económico de la región.
Se desconoce si el retraso en la aprobación de los presupuesto de la Junta para este año ha llevado a que el crecimiento sea menor.
La economía de Castilla-La Mancha crece este año y lo hará, de cumplirse las perspectivas, el que viene permitiendo crear unos 34000 puestos de trabajo entre los dos años, es decir, 17.000 por año. Son datos del informe ‘Situación Castilla-La Mancha’, elaborado por el banco BBVA en el que se percibe, además, que de cuplirse estas previsiones el paro se reduciría hasta el 19,8% al final de 2018.
Son unos buenos datos que se deben, tal y como explica el informe, al aumento del consumo “como ventas de automóviles, ventas de consumo, índice de actividades de consumo...”. Es decir, gastamos más desde el año 2014 porque ha disminuido la incertidumbre, el temor a perder el trabajo o a no contar con ingresos en el futuro se disipa poco a poco y “se toman con mayor fuerza decisiones de consumo”, cuenta Miguel Cardoso, economista Jefe del BBVA.
A esto se le suma el Turismo que repunta con fuerza en toda Castilla-La Mancha, así lo indican las pernotaciones que crecieron en 2016, y que atrae a la región a vecinos de otras partes del territorio nacional. Se debe, tal y como apunta el informe del BBVA, a la competitividad en el precio.
Las exportaciones del sector agroalimentario también han crecido, son hoy en día un 50 por ciento superiores a las que se tenían en 2012 y eso está “detrás de buen comportamiento que venimos observando”, insiste Cardoso. Un buen comportamiento que, según el estudio, se va a mantener en el tiempo ya que la industria agroalimentaria, la que exporta, está invirtiendo, lo que anticipa “un aumento de las exportaciones” en los próximos años.
El sector que menos aporta al crecimiento de la región es el de la construcción que si bien es cierto que en los últimos años se ha ido recuperando (la venta ha crecido en la región entre un 20 y un 30 por ciento) lo hace en un contexto de “sobreoferta” que determina un precio muy bajo de la vivienda.
Crecimiento desigual
Son datos que sin embargo no llegan a todo el territorio castellano manchego por igual. Y es que la recuperación, el crecimiento económico, con todo lo que implica, se queda especialmente en las capitales de provincia, en las grandes ciudades, y concretamente en las más cercanas a Madrid. Se nota en Toledo, Guadalajara y Cuenca cuya cercanía con Madrid hace que crezcan al calor de la capital de España . “Se han podido beneficiar de un dinamismo superior que presenta esta comunidad autonoma”, explica Miguel Cardoso.
Se nota, una vez más, en el consumo al por menor, es decir, en lo que se gastan los ciudadanos a diario lo que demuestra que este consumo es más dinámico en Toledo, Cuenca y Guadalajara frente a Ciudad Real y Albacete.
Este estudio no muestra las causas que marcan una brecha económica entre las zonas rurales y las capitales de provincia y que dejan un crecimiento desigual lastrando la pervivencia de los municipios que viven, en su mayoría, del sector agrícola.
Riesgos latentes
Si bien las previsiones para 2017 son positivas, persisten una serie de factores de riesgos, entre ellos el Brexit. En el caso de Castilla-La Mancha, la exposición al Reino Unido está relativamente concentrada en el sector de la alimentación y se espera una incidencia menor de otros posibles efectos, como el impacto sobre el turismo.
Asimismo, el incremento en el precio del petróleo respecto a los mínimos alcanzados en 2016 podría restar competitividad a las empresas o reducir el poder adquisitivo de las familias. En particular, los impactos previstos en las distintas comunidades como consecuencia de este riesgo están relacionados, principalmente, con la dependencia energética del transporte y de la actividad productiva. Dado esto, se estima que ante una variación del 10% en el precio del crudo, el impacto para la economía de Castilla-La Mancha puede situarse en 0,4 puntos porcentuales en el año, una décima por encima de la media nacional.
¿La falta de presupuestos ha lastrado el crecimiento?
¿Podría haber creecido aún más la economia de la región si no hubiera habido un retraso en la aprobación de los presupuestos del 2017? Esta es una de las preguntas que no responde el informe ‘Situación Castilla-La Mancha’ realizado por el BBVA . “No sabemos exactamente la respuesta", explica el economista Jefe del BBVA aunque asegura que sí se sabe que en , con los procesos electorales en marcha, "las espectativas fueron cambiando" y se entró en un periodo "de deterioro de las espectativas de confianza". "Muy probablemente la falta de presupuesto mantine los niveles de confianza en niveles reducidos", continúa Cardoso, que insiste: " tendríamos que preguntarnos cuanto más podría haber crecido (la economía de la región) en un entorno en el que el deterioro de la confianza no se hubiese producido".