El 2018 será el año en el que la autovía Cuenca-Albacete vuelva a empezar. Lo hará desde cero, ya que en este primer trimestre se darán los pasos de cara a impulsar de nuevo el proyecto de una carretera que conectaría las capitales de Cuenca y de Albacete. "En el primer trimestre de este año se van a licitar los estudios de alternativas por el impacto ambiental", ha asegurado el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, tras la celebración del Consejo de Gobierno que este martes se ha desarrollado en Motilla del Palancar, Cuenca. Es la novedad que se avanzaba desde el Ejecutivo Autonómico hace unos días y que va ligada, según García-Page a que el Gobierno del Estado asuma las conexiones con vías de alta capacidad entre Tarancón y Guadalajara y la continuidad de la A-40 para enlazar Cuenca con Teruel, algo que también dijo el presidente este pasado fin de semana.
Tras el anuncio, el presidente de Castill-La Mancha ha vuelto a recordar que el Gobierno del PP en la Comunidad Autónoma durante la pasada legislatura paralizó este proyecto acarreando un coste de 7 millones de euros, "que pudo haber alcanzado los 26 millones". "No sólo pararon la obra sino que anularon el proyecto. Y ahora para retomarlo casi hemos tenido que empezar de cero.
Tal y como ha recordado, uno de los trazados de esta vía era de titularidad nacional, pero el Gobierno de Castilla-La Mancha "lo asumió de buena fe a condición de que el Gobierno de España hiciera la autovía entre Tarancón y Guadalajara".
En esta línea, ha dicho que ahora están "a punto" de conocerse "los planes del Gobierno" en cuanto a inversión en infraestructuras.
"Quiero pensar que habrá un esfuerzo de consulta con las autonomías. Tampoco vamos a renunciar a la autovía entre Cuenca y Teruel. Una autovía se puede hacer por tramitos", ha dicho García-Page, añadiendo que no va a "consentir" que desde la Administración estatal "se apeen de la responsabilidad" de llevar a cabo tanto esta infraestructura como la autovía Tarancón-Guadalajara.