Pese al empate a cero, el Albacete Balompié cuajó un gran encuentro en Linares el pasado domingo donde la falta de gol le volvería privar del triunfo.
Sobre esta circunstancia ha hablado hoy en rueda de prensa Kike Márquez, jugador recién llegado a la plantilla manchega y que fue uno de los más activos frente al cuadro jienense:
“Es verdad que llevamos 3 partidos desde la vuelta que no se hace gol, pero no puede crear dudas en el vestuario porque el trabajo está ahí. Creo que se hizo un buen partido y cosas para ganar. Es cierto que lo más importante es que entre la pelota, pero se crearon las oportunidades. No creo que sea un problema, hay que tener esa mentalidad fuerte y confianza porque los goles llegarán”.
“Los goles llegan cuando no te los esperas. No hay que agobiarse con ese tema, no ayuda y no suma. Creo que el equipo en ese aspecto está haciendo las cosas bien”.
“Tenemos que quedarnos con el trabajo del partido, que no se manche el buen partido que se hizo en Linares, un campo complicado donde esperábamos un partido más competido y cerrado. Y te vas con la sensación de que podrías haber ganado bien”.
Poco a poco se encuentra cada vez más cómodo sobre el césped: “Es verdad que la semana pasada fue una entrada que no esperaba por la lesión de un compañero. Igual ahí me costó un poco, después de un mes y medio sin competir. Pero el otro día en Linares sí me encontré mucho mejor de confianza, de físico y poco a poco iré cogiendo el nivel”.
Al vestuario no le preocupa el no haber ganado aún en lo que va de 2022: “En cuanto a puntos y en cuanto a lo que es el objetivo para el club y para esta plantilla, 2 puntos de 9 pueden llegar a crear dudas en el entorno del club y en la afición. Pero en el vestuario no puede crear dudas porque el trabajo está ahí. Los goles y los puntos llegarán seguro”.
Afirma que Rubén de la Barrera está tranquilo: “Pienso que el míster está tranquilo. Él sabe perfectamente lo que hace el equipo y todo lo que el equipo propone para ganar los partidos”.
“Es cierto que lo más importante es sacar los tres puntos y que la pelota entre, pero también quedarnos con el trabajo del equipo, cómo el equipo hace lo posible por ganar los partidos y cómo el míster trabaja durante la semana para meterle mano a los equipos. Es un privilegio tener un entrenador así, que te pone todo en bandeja para ganar los partidos”.
No hay que mirar más allá de la próxima cita frente al Cornellá: “Ahora ha empezado una liga nueva, donde todos los equipos se están jugando su futuro. Ahora viene el Cornellá, que es lo primero que tenemos que tener en mente. Un partido complicado, en el que a pesar de no obtener fuera de casa los mismos resultados que en casa, son un equipo peligroso que intentará aprovechar sus oportunidades”.
“No tenemos que fijarnos en los bloques de partidos que puedan venir ahora. Simplemente, en el Cornellá, que es el próximo partido y los próximos tres puntos que podemos ganar. Porque los otros puntos a día de hoy no se pueden ganar. No hay que perder energía en otros partidos, porque todavía no ha llegado ese momento”.
Tiene muy claro el potencial de la plantilla: “Veo una plantilla súper competitiva, que en cada puesto puede jugar cualquiera. Pienso que esa competencia puede ser sana para que el nivel individual suba, y así el colectivo también sube”.
La mezcla de experiencia y juventud que se ha generado en el equipo será muy positiva: “Es cierto que la experiencia está ahí, pero también está la ilusión de la gente joven que le da un salto enorme a la plantilla. Desde que llegué aquí me ha sorprendido mucho las ganas que tiene este grupo de trabajar en el día a día. Al final con esa alegría y ganas de la juventud más la experiencia se puede hacer una comunión bastante buena”.