
'Expedición Solidaria de Albacete'
Víctor Muñoz, Mesías Carlos y Antonio Sánchez han sido los protagonistas del relato de la ‘Expedición Solidaria de Albacete’ destino a la frontera de Polonia con Ucrania para llevar material sanitario y humanitario. Una iniciativa que surge tras ver el sufrimiento, la impotencia y el caos que viven las víctimas de la invasión rusa, ya que lo han perdido todo.
Tras hablar con distintas ONGs y con “personas que estaban en la frontera, contemplamos tres necesidades visibles para ayudar a los refugiados y refugiadas. Por un lado, veíamos que muchos almacenes tenían muchos alimentos para mandar a Ucrania pero que por falta de logística no se habían enviado. También, ocurría que en la frontera hacían falta manos para ayudar y que había gente con necesidad de desplazarse desde Ucrania hasta España”, explica en una entrevista a AlbaceteCapital.com Víctor Muñoz, unos de los fundadores de la ‘Expedición Solidaria de Albacete’. Tenían tres objetivos claros: llevar medicinas y alimentos a la zona del conflicto, pero también ayudar en la frontera y rescatar a quienes necesitaran salir del país.
Este grupo de amigos, de entre 22 y 33 años, pensaron en invertir su tiempo libre en llevar ayuda humanitaria a la frontera de Ucrania. Pidieron ayuda a través de las redes sociales para poder alquilar un coche de siete plazas. Sin embargo, la respuesta fue tal que lograron un autobús y cuatro coches tipo furgoneta. A los tres amigos se les sumaron siete voluntarios más. Así el pasado 5 de abril salieron desde Albacete rumbo a Ucrania, a la frontera con Polonia. Más de 3.000 kilómetros en dos días de viaje. Así se cercioraron de que la ayuda llegaba a quien la necesitaba, ya que llevaban las donaciones de más de 200 personas e instituciones de Albacete. El Colegio Oficial de Médicos de Albacete donaba 30.000 euros para la expedición ya que ha sido uno de los mecenas que han permitido el viaje.
“Conforme llegamos, buscamos diversificar la ayuda y no centrarnos en un solo punto para poder colaborar con distintas partes del país, incluso con puntos dentro de Ucrania. En la frontera de Medyka, un punto fronterizo de los más concurridos lo que nos encontramos es a mucha gente huyendo de la guerra. Impresiona mucho ver ese goteo incesante de personas saliendo de su país. Yo diría que, con mucha entereza, aunque en algunos casos se derrumban. Simplemente con dar apoyo, escuchando a las personas o simplemente dar un abrazo les ayuda. Con el paso de los días escuchas esas historias, cada cual más triste y entonces ves todo el sufrimiento que hay detrás”, cuenta Víctor.
Además, ese punto fronterizo te “deja ver esas colas kilométricas de gente esperando para pasar la frontera. Personas mayores pasando frío por las noches, lo que hacíamos era cruzar la frontera para llevarles mantas y algo caliente”, dice muñoz. Tres días de ayuda humanitaria sin descanso es lo que estuvo esta expedición desde Albacete.

'Expedición Solidaria de Albacete'
Tras ver el sufrimiento, la impotencia y el caos entre las víctimas de la invasión rusa que lo han perdido todo, les consuela haber librado del horror a 76 personas, de ellas 35 niños y niñas y 7 mascotas. De esta forma las reunieron con sus familias en España. Sólo 18 ucranianos se quedaron entre los centros de acogida de Alicante y Madrid.
Las primeras horas de regreso a España fueron muy tensas. “Las madres temblaban, miradas con miedo, preocupación y es muy conmovedor ver como los rostros cambian del primer día a verlos a mitad del trayecto. A la vuelta paramos una noche en Suiza y vimos a los niños y niñas felices jugando con los voluntarios y entre ellos. Les veíamos otra cara por el comienzo de una nueva vida. Es alucinante ver cómo cambian esos rostros conforme recorríamos kilómetros”, cuenta Víctor.
Relatos de las personas liberadas del caos
Además, el fundador de la expedición ha querido relatar la historia de un joven que justo cuando huía con su madre de su ciudad bombardeada, en la vía verde, una zona segura, vio como caigan bombas. “Tuvo que ver como niños y niñas se quedaban sin piernas y sin brazos. Para mí fue muy importante como lo contaba con ese sentimiento de dolor. Una situación injusta. Intentando transmitirle ánimos y fuerzas me contestó que sus abuelos y sus abuelas seguían dentro”, dice.
Otra de la historia que cuenta Víctor Muñoz es el relato de una madre con su hijo de ocho años. “Iban conmigo en el coche y en ningún momento se quejaron del viaje. Me contaba que su marido estaba en Ucrania y como había visto derrumbarse su ciudad. Además, decir que de esas 76 personas que desplazamos no venía ningún núcleo familiar entero, excepto una familia que tenía a una niña con síndrome de Down que pudieron salir todos. La verdad que eran muy pocos los hombres que salen de Ucrania y viajan a otros países”.

'Expedición Solidaria de Albacete'
Dos de los voluntarios vuelven a la frontera, “toda ayuda es poca”
De hecho, después de completar la misión, al día siguiente, dos de los voluntarios Antonio y Víctor regresaron a la zona fronteriza para seguir ayudando. En esta ocasión estuvieron cuatro días prestando su solidaridad.
"No es lo mismo verlo que vivirlo por eso decidimos volver, por esa situación caótica y necesaria para ayudar a todas esas personas. Para mí es una experiencia enriquecedora desde el punto de vista de colaboración entre pueblos, pero muy triste el ver que allí sigue habiendo tanta necesidad. Creo que todos coincidimos en que nos ha hecho ver el mundo de otra manera, de tener esa llamada de seguir sirviendo”, indica Muñoz.
Raúl Sánchez Vizcaíno, Víctor Muñoz, Manuel Poveda, Mesías Carlos, Antonio Sánchez, Anastasio Sánchez, Carlos Tévar, Eduardo Abellón, Héctor Emilio García y Marko Borsuk son los nombres de los diez voluntarios que han hecho posible esta expedición. Precisamente, una de las barreras, la del idioma, la han salvado gracias a Borsuk, albaceteño nacido en Ucrania que se ha encargado de hacer las veces de traductor.
Este grupo sabe que su hazaña ha sido un grano de arena en medio del desierto, pero también tiene claro que, aunque acabara la guerra, Ucrania va a necesitar ayuda durante mucho tiempo. Y mientras la necesite, están dispuestos a organizar nuevas expediciones e iniciativas que traten de paliar tanto sufrimiento.