Profesora de Economía de Secundaria
Decía Adam Smith que si cada individuo miraba por sí mismo al final se conseguiría llegar a un acuerdo beneficioso para cada cual. Y siendo lo que está de moda en la sociedad en que vivimos, el egoísmo puro y duro, parece como si Adam Smith, además de ser el padre del capitalismo, hubiera sido un visionario de lo que está ocurriendo hoy día entre algunas disciplinas que los docentes impartimos en secundaria.
Bombardeados por un sinfín de leyes educativas, parece como si al final la sociedad se limitase a preguntarse si determinadas materias son más importantes que otras. ¿Para qué la Tecnología?, ¿Para qué la Filosofía?, ¿Para qué la Música?, ¿Para qué la Economía?... Y yo me pregunto ¿para qué entonces estudiar?.
A menudo se abren debates propiciados por algunos medios de comunicación sobre la necesidad de unas materias respecto a otras, en las que lo único que se consigue es enfrentar a los docentes y a la opinión pública en general, padres, madres, alumnos… y si reflexionamos sobre ello, esto, ¿hacia dónde nos lleva? ¿Realmente estamos pensando en nosotros mismos? ¿Es lo más relevante para la mejora del sistema educativo? ¿Hasta qué punto somos egoístas?
Debemos empezar a tomar conciencia de que todo conocimiento es importante para crecer como ser humano. No debemos caer en la tentación de decirle al resto del mundo, a la comunidad educativa ,que nuestra materia es más importante que otra porque no lo es .No debemos tirar piedras al vecino para salvar nuestra casa ni decidir qué es mejor para nuestros jóvenes tan sólo en beneficio propio, en beneficio de nuestras materias, de nuestros horarios. Esta cuestión tan sólo provoca enfrentamientos entre profesores, que, ante los cambios normativos que se auguran, empieza a alentarse desde algunos medios de comunicación. Enseñar sí, pero cada uno a lo suyo, sin buscar la salvación de cada uno acosta del hundimiento de otros.
La formación de nuestros alumnos precisa de conocer las causas que originaron la Primera Guerra Mundial como conocer los autores de la Generación del 27. Es tan importante reconocer las ideas de Aristóteles como reconocer la importancia de una buena formación económica, conocer la lengua de nuestros antepasados como tener capacidad matemática para resolver problemas básicos.
Entonces, ¿por qué iniciar enfrentamientos cuando es evidente la necesidad de la interdisciplinariedad?. No intentemos justificar nuestras asignaturas tirando por tierra las demás. Preocupémonos cada uno de lo nuestro, de hacer que nuestros alumnos y alumnas aprendan, se conviertan en grandes seres humanos capaces de pensar por ellos mismos, de ser críticos con el mundo en el que viven, de abrir sus mentes a multitud de conocimientos.
Como decía Adam Smith, “LAISSEZ FAIRE, LAISSEZ PASSER”. “Dejen hacer, dejen pasar”. Guardemos las diferencias y centrémonos en lo que realmente importa; ENSEÑAR”.