Si hace unas semanas les contábamos desde este medio la denuncia de PSOE y Ganemos por la falta de convocatoria de la Comisión de Movilidad, ahora es sólo el PSOE el que denuncia lo mismo pero con la Comisión de Medio Ambiente, Consumo, Abastos y Desarrollo Sostenible, y cuando se dignan convocarla el pasado viernes, de los 50 puntos del orden del día, 40 se correspondían con daciones de cuenta, es decir para que nos diéramos por enterados sobre lo que se ha hecho en el área”.
Es decir, que la Comisión sirvió para que la concejal del área, Rosa González de la Aleja, hiciera un resumen de lo que se había hecho en ese periodo "sin darnos la oportunidad de realizar aportaciones, debatir o realizar propuestas”
La preocupación de los socialistas, en este caso, es que durante este tiempo han sido muchas las quejas y denuncias de vecinos de la capital por problemas graves en barrios como el de Facultad de Medicina, Vereda e Imaginalia por superpoblación de palomas, y aparición de ratas.
Un plan de gestión para controlar la población de palomas
En el caso de la superpoblación de palomas, el concejal socialista, Juan José Segura, se elabore un plan de gestión para contralar la población de palomas, acompañado de un plan de seguimiento y evaluación, para, posteriormente, dictaminar la efectividad de estas medidas. De hecho, el concejal del PSOE enumeró algunas de las acciones específicas, que debería contemplar este plan, que debe ser “ecológico, evitando métodos cuyo objetivo primordial sea el sacrificio, integral; observar medidas selectivas, para no afectar a otras especies, que en algunos casos incluso pueden estar protegidas; económicamente sostenible; duradero, pues los efectos de un plan de gestión con garantías de éxito siempre será a medio y largo plazo; y consensuado con diferentes organismos y asociaciones de protección de los animales y el medio ambiente”.
Respondiendo a estas premisas, Juanjo Segura abogó por el “control de la natalidad de palomas a través de esterilizantes, porque es un método progresivo y no agresivo, efectivo y más económico que otros; la instalación de palomares ecológicos, que en las ciudades en las que se ha probado se ha logrado reducir la población de palomas entre un 20 y un 25% cada año; la limitación de posibles refugios y el control de la alimentación, en calles y zonas verdes”.