A las 5 de la mañana del 24 de febrero, la población de toda Ucrania se despertó con una noticia terrible: el ejército ruso estaba invadiendo su país. En medio de la noche, los tanques rusos entraron y los militares atacaron desde diferentes direcciones. Desde entonces, el gobierno ruso no ha hecho más que intensificar su agresión.
Barrios enteros han sido destruidos en lugares como Borodyanka, debido a ataques desproporcionados e indiscriminados, dejando a miles de personas sin hogar. En ciudades como Bucha, Andriivka, Zdvyzhivka y Vorzel, equipos de investigación han recopilado pruebas y testimonios de homicidios ilegítimos, incluidas aparentes ejecuciones extrajudiciales. Algunas víctimas tenían las manos atadas a la espalda, otras mostraban signos de tortura. Se ha disparado contra convoyes de civiles que huían con sus hijos e hijas.
La decisión de Rusia de usar la fuerza contra otro Estado sin ninguna justificación legal ha desatado una catastrófica crisis de derechos humanos en el pueblo de Ucrania. También está teniendo consecuencias devastadoras para los derechos humanos mucho más allá de Ucrania, afectando las cadenas alimentarias mundiales y elevando los precios de la energía en todo el mundo. La Federación Rusa debe detener este acto de agresión contra Ucrania y poner fin a los crímenes de guerra. Los responsables de las atrocidades deben rendir cuentas en juicios justos.
Ayer tras una emocionante apuesta por la diversidad, la inclusión, el amor y la paridad con la obra 'Estamos a Tiempo', ideada y dirigida por José Ramón Marcos Martínez, el Teatro Circo apoyó la acción del Grupo Local de Amnistía Internacional Albacete. Se hizo un pequeño homenaje para recordar a todas las personas que han perdido su vida en los múltiples conflictos armados que hay en el mundo y las fronteras, desplegando una enorme pancarta pidiendo 'Justicia para Ucrania'.
Un homenaje simbólico al que se sumaron actores, actrices, el director del Cultural Albacete y todas las personas asistentes, recordando las cientos de víctimas civiles que el pasado 16 de marzo en un teatro de la ciudad ucraniana de Mariúpol, con capacidad para 1200 personas que se había convertido en refugio antiaéreo, fueron bombardeadas por Rusia, denunciando así los crímenes de guerra y sumándose a la campaña e investigación de Amnistía Internacional.