El próximo 30 de abril finaliza el periodo de suscripción para las opciones de pedrisco en los seguros de explotaciones frutícolas y en explotaciones vitícolas, siendo el último día de pago el próximo 4 de mayo.
Estas líneas de seguro están incluidas en el 40º plan de seguros agrarios y ofrecen una garantía individual a cada parcela para el pedrisco y los riesgos excepcionales de inundación-lluvia persistente, lluvia torrencial, viento huracanado, incendio y daños ocasionados por fauna silvestre.
En uva de vinificación las parcelas incluidas en alguna denominación de origen, además de la garantía de daños en cantidad, en siniestros próximos a la recolección, también tienen cubiertos los daños en calidad, obteniendo el agricultor una sobre tasación de los daños, para compensar las pérdidas en la calidad de la uva siniestrada.
Igualmente en siniestros ocasionados por el pedrisco en las primeras fases del desarrollo de la vid, el agricultor puede obtener una compensación económica si realiza una poda en verde, con el fin de sanear la brotación que tiene la cepa en ese momento. El riesgo de lluvia incluye una garantía básica para contra el mildiu para la uva.
Una característica principal de estas líneas es que al agricultor a la hora de contratar el seguro no tiene ninguna limitación de rendimiento, aunque debe consignar en la póliza las esperanzas reales de producción en cada parcela.
Campaña 2019
La campaña de 2019 registró siniestros de especial importancia en la cosecha de uva en los municipios de Casas Ibáñez, Villarrobledo y de forma destacada en Ossa de Montiel, donde algunas parcelas perdieron el 100 % de la cosecha, unos días antes de iniciarse la vendimia.
En esta campaña como consecuencia del granizo, ya hay afectadas más de 700 Ha en albaricoque y uva de vinificación, en los términos municipales de Hellín, Tobarra y nuevamente en Ossa de Montiel y Villarrobledo.
El Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación, a través de ENESA, colabora en el pago de la prima aportando una subvención en este módulo que puede alcanzar el 28% de la prima comercial base neta, tanto para los frutales como para la uva de vinificación.