Más de 200 profesionales sanitarios se han dado cita esta mañana en la Fábrica de Harinas, para participar en la I Jornada de Humanización del Sistema Sanitario en Albacete, bajo el lema: “Centrados en las personas” organizada por la Gerencia de Atención Integrada de Albacete.
A la inauguración de estas Primeras Jornadas han asistido Íñigo Cortazar, director general de Recursos Humanos del SESCAM, Ibrahim Hernández; Director Gerente de la Gerencia de Atención Integrada de Albacete; Juan David Fernández, responsable Plan Humanización GAI Albacete, Rosa Castro, coordinadora del Plan Dignifica y el presidente de la Diputación de Albacete, Santiago Cabañero.
El director gerente del GAI de Albacete, Ibrahim Hernández, destacó la importancia de que un Gobierno regional se preocupe de humanizar la asistencia sanitaria, “algo que aunque hacemos todos los días, a veces por las elevadas demandas de los enfermos, las prisas, el trabajo del día se nos olvida”.
El director de CHUA recordó que en Albacete existen más de 4.000 profesionales sanitarios, se pasan más de un millón de consultas y se realizan más de 20.000 intervenciones quirúrgicas por lo que resulta imprescindible que el sistema para su calidad y humanización se apoye en un trípode formado por los profesionales sanitarios, los pacientes y sus familias.
El director general de Recursos Humanos del SESCAM, Íñigo Cortazar, explicó que el objetivo de estas I Jornadas en Albacete, aunque son las segundas en Castilla-La mancha, es divulgar y dar a conocer lo que es el Plan de Humanización que se está aplicando en la asistencia sanitaria pública en la región e informó sobre el contenido de las jornadas estructuradas en torno a tres mesas redondas: la primera mesa abordará temas relacionados con el Servicio del Atención al paciente, las actividades de animación sociocultural en un hospital, trabajo social, encuestas de satisfacción y presentación de la iniciativa Semana Saludable; la segunda mesa redonda tratará sobre la normalización de la enfermedad desde la Medicina Paliativa, Geriatría o Hematología y la última mesa que se centrará en las Unidades de Críticos.
Por su parte el presidente de la Diputación, Santiago Cabañero, felicitó al Gobierno de Castilla-La Mancha y a la Consejería de Sanidad por “querer una medicina del siglo XXI, que es una medicina centrada en los enfermos y no en las enfermedades, porque curar, aliviar, cuidar, poder hablar y ser oído es lo que demandan los ciudadanos cuando reciben asistencia sanitaria”.
“Tratar enfermos y no enfermedades –indicó- es sin duda un reto complicado pero que creo resume el espíritu de estas jornadas, donde una buena comunicación juega un papel fundamental en la praxis profesional, ya que ésta no va más allá de las palabras y de los tecnicismos, pues también supone administrar emociones, buscar complicidades, saber escuchar, en definitiva entablar relaciones humanas”.
Se trata de humanizar el sistema sanitario no a sus profesionales –dijo Cabañero- y eso es una tarea en la que debemos estar implicados todos, poderes públicos, medios de comunicación y profesionales sanitarios para poner el enfermo en el centro del sistema sanitario.
En ese sentido afirmó que asumir de forma activa e interiorizar por parte de la administración sanitaria y de sus profesionales e incluso por parte de todo el personal no sanitario que trabaja en los centros sanitarios, que el enfermo es algo más que un número, una cama, una habitación o un diagnóstico contribuye no solo a la excelencia como modelo de prestación sanitaria sino también en el tratamiento del enfermo.
Cabañero agradeció como presidente de la Diputación la labor que realizan los médicos en el medio rural que en su opinión al ser la primera puerta del sistema sanitario, ejercen además de médicos, de psicólogos y consejeros en su comunidad, por lo que son un excelente ejemplo de esa humanización y de esa atención más cercana, próxima e inmediata.
El presidente de la Diputación recordó las palabras de uno de los clínicos más célebres del siglo XIX como fue Claude Bernard para quien la medicina era “curar a veces, aliviar a menudo, y consolar siempre”, asumiendo que sanar no siempre es posible pero que el médico siempre puede ayudar.