
Interior Centro de la Mujer.
Los móviles, Internet y las nuevas tecnologías son instrumentos cotidianos que se convierten en el canal mediante el que los agresores ejercen el control sobre sus parejas. Un control que sirve de caldo de cultivo a la violencia de género. Las víctimas son cada vez más jóvenes. Chicas, adolescentes, que padecen este tipo de violencia psicológica, sometidas a un control estricto de sus parejas, también adolescentes y educados en el machismo.
Lejos de ser residual, la realidad muestra que es una tendencia que crece. De hecho la última encuesta del CIS, de hace apenas unos días, muestra que el 33% de los jóvenes españoles de entre 15 y 29 años considera, "aceptable" controlar los horarios de sus parejas impedir que vean a sus familias o amistades, no permitirles que trabajen o estudien o decirles lo que pueden o no pueden hacer.
Algo que también sucede en la ciudad de Albacete."Venimos observando un incremento de demanda de chicas jóvenes que antes no teníamos", asegura Diana Disavoia, psicóloga del Centro de la Mujer de la capital albaceteña. Hasta estas instalaciones llegan esas chicas, en busca de orientación, pero también lo hacen sus padres que se acercan hasta aquí buscando información y vías para atajar esta violencia hacia sus hijas.
En una realidad como la actual, con toda la información al alcance de la mano, resulta difícil comprender cómo precisamente los más jóvenes tienen conductas y comportamientos que parecían desterrados. El machismo, donde hunde sus raíces esta violencia hacia las mujeres, sigue instaurado en la sociedad por varias cusas, una de ellas, tal y como describe Disavoia, es "el retroceso debido a que hemos bajado la guardia a la hora de hacer llegar los mensajes de igualdad y de no discriminación. Hemos trabajado mucho con las madres de estas chicas que ahora son víctimas de violencia porque hay una falsa sensación en la sociedad de que las mujeres hemos llegado donde íbamos".
Pero otro de los errores o lagunas a la hora de erradicar la discriminación por género es la de haber enfocado el mensaje sólo a la mitad de la población, es decir, dejando fuera a los chicos. Según nos cuenta la psicóloga del Centro de la Mujer de Albacete: "tenemos un reto por delante, llegar a los chicos para erradicar esa visión machista que tiene". El objetivo es que interioricen que no tienen que ejercer la dominación sobre su pareja y ello sólo se puede conseguir desde la educación. Para ello cuentan con programas como el VOLARE que ofrece formación en género e igualdad efectiva y el fortalecimiento personal para las conductas violentas entre la población juvenil.
Violencia económica
Además de la violencia de género entre los más jóvenes, con la crisis ha aumentado la conocida como violencia económica hacia las mujeres. "Una de las estrategias que está en la base de la violencia es el control económico", explica Disavoia, que asegura que en estos casos "los agresores impiden que las mujeres trabajen o que tengan acceso a la economía familiar ya que " si es una mujer que está aislada económica dependen de él".

De izquierda a derehca: Mari Carmen Nohales, Trabajadora Social, Elena Ramírez, técnica de Empleo y Susana Víllora, Psicóloga.
La crisis económica de los últimos años ha agudizado este tipo de violencia y hace que muchas víctimas no denuncien a sus agresores "porque sienten que no tienen salida".
En este Centro de la Mujer de Albacete cuentan con un programa de asesoramiento en empleo, dirigido a las mujeres. Este año 175 mujeres han pasado por este recurso, 9 de cada diez, son víctimas de violencia de género.