El presidente de la Diputación, Santiago Cabañero, ejerció ayer por la noche de pregonero en Cenizate, municipio del que es vecino y que celebra en estas fechas sus fiestas en honor a la abuela Santa Ana.
Cabañero agradeció la presencia de las autoridades presentes, entre las que se encontraban diputados provinciales y regionales así como alcaldes y concejales de la comarca de La Manchuela.
El presidente de la Diputación recordó las tradiciones de su pueblo, su vinculación durante años con la banda de música, con la cofradía de la Abuela Santa Ana y con las romerías e instó en un discurso muy enraizado en sus experiencias personales y del conocimiento de todos sus vecinos, a preservar las tradiciones transmitiéndolas a las nuevas generaciones, porque “cuando empezamos a quedarnos sin pasado, viene la tragedia de perder el futuro y necesitamos raíces nuevas que fijen nuestro presente y garanticen nuestro porvenir”.
Cabañero tuvo palabras de agradecimiento para el director de la banda de música por toda la ilusión y trabajo que vuelca en ella permitiendo que en un mismo espacio aprendan niños y adultos el idioma universal de la música y recuerdos emocionados para quien este año ya no podrán acompañarnos para compartir la fiesta.
El presidente de la Diputación subrayó que desde que asumió su cargo una de sus principales inquietudes es trabajar por la igualdad de oportunidades para su pueblo y para todos los pueblos de la provincia, especialmente los más pequeños, y esta –reconoció- es una de las razones que me animan cada mañana en este compromiso.
“Creo en la igualdad como derecho universal de todos los hombres y mujeres, pero también creo en la igualdad –dijo- como instrumento para crear una riqueza que no debe ser un fin en sí misma. La riqueza que no es colectiva, que no ayuda al interés general, que no sirve para proporcionar mayor igualdad y oportunidades, que no vale para construir escuelas, hospitales o residencias, que no atiende a los que más lo necesitan, que no alumbra ciudadanos con derechos, es una riqueza estéril, hija de la injusticia, que no permite hombres ni mujeres libres, sino vasallos de la necesidad y limosna de beneficencia”.
“No queremos esa riqueza ni para Cenizate ni para ningún otro pueblo –finalizó- y por ello, os reitero mi compromiso como presidente de la Diputación, como vecino y como hijo de este pueblo, a que contéis conmigo en la defensa y transmisión de nuestro pasado, en el día a día de nuestro presente y lo que es más importante, para ganar el derecho al futuro con dignidad, igualdad, y prosperidad de todos los cenizateños”.
Terminado el pregón, Cabañero junto con el alcalde de Cenizate, Enrique Navarro y el resto de autoridades, acompañado por la banda de música, realizó el recorrido por las calles del pueblo hasta la Ermita, donde tras un espectacular castillo de fuegos, los cofrades recogieron el paso de Santa Ana y lo portaron hasta la Iglesia, donde quedó depositado.