La provincia de Albacete contabiliza alrededor de 150 variedades de trufa diferente en su territorio. La mayoría de ellas son las conocidas como patata de tierra, una trufa poco aromática que sin embargo se recogen. Dentro de este más de centenar de variedades habría que diferenciar entre las trufas que tienen un valor y uso gastronómico de las que se recolectan sólo por su interés científico.
Las trufas son un componente del ecosistema mediterráneo, dice el experto, y algunos variedades sirven en la provincia de Albacete como aprovechamiento forestal que puede generar riqueza a los ayuntamientos o las fincas. Albacete no es una provincia muy productiva en trufas silvestres pero sí se ha convertido un campo nuevo en la truficultura. “Las plantaciones de agrotruferos sí tienen en Albacete potencial por el tipo de terreno que necesita la trufa.” Así lo explicaba José Fajardo, formador del Aula de la Naturaleza de la Universidad Popular de Albacete, en una charla dentro del VII Ciclo de Conferencias de la Naturaleza. “Esta es una provincia rica en diversidad en el tema de las trufas”, dice Fajardo que diferencia también entre el recolector profesional de trufa negra o trufa de primavera, las más exquisitas y con mayor valor comercial, que suelen ser gente preparada y que lo realiza profesionalmente, del recolector de la patata de tierra, que suele ser más aficionado.
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